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7 abr 2010

17 Again



-El problema es la sociedad de hoy en día. En aproximadamente veinte años se han invertido los papeles tan rápido que ni nos hemos enterado. Sexualmente hablando las mujeres siguen estancadas en según qué cosas o se han tornado tan por encima que no tiene sentido-dije Juan

-¿Por encima?-dijo Victoria-¿Estás loco? Las mujeres sexualmente hablando estamos estancadas en todos los sentidos. Por ejemplo, jamás se me ocurriría decirle a mi hermano pequeño que no saliese con una chica, en cambio, a tí sí. Todavia vemos a los hermanos mayores como algo que temer. Eso es machismo. Y por supuesto lo ya sabido. Si un chico folla es un Dios, si una chica lo hace está bien. Pero si un chico folla mucho, es un Super-Dios, si una chica folla mucho es puta. ¿Y porqué? Es obvio que a todos nos gusta el sexo, ¿porqué una mujer ha de estar pendiente de que le digan guarra si de vez en cuando le gusta salir y follarse a quién le dé la puta gana?

-Sí, todo eso es cierto, y lo que no tiene sentido es que os habeís puesto por encima sexualmente hablando respecto a otras cosas-dijo Juan-En el orgasmo el hombre está subordinado, y no puedes negarlo. "Uy, es que me da miedo correrme rápido porque es mi primera vez" ¿Y qué joder? Su puta primera vez sangran, y ninguna os preocupaís por eso. Si un hombre aguanta poco en la cama es un mierda, y si aguanta demasiado os aburrís. Pero nadie habla sobre cómo cojones follan las mujeres. Porque admitamoslo. Las mujeres follaís peor que los hombres.

Toda el sector masculino de la mesa comenzamos a mostrar nuestra conformidad a gritos. Demonios sí. Ya estaba bien que alguien lo dijera.

-¿Que las mujeres follamos peor que los hombres?-exclamó Verónica-Los hombres la primera vez que veís un coño ni siquiera sabeís por dónde teneís que meterla. Ni sabeís excitar correctamente a una mujer, o sois demasiado rápidos o demasiado lentos. En cuanto estaís dos minuts encima empezaís a resoplar como bestias salvajes, ahogándoos y sudando como si estuvieses picando piedra.

-Un momento guapa-dije yo, cortándola-¿Y las mujeres? Nosotros nos cansamos al estar dos minutos encima porque cojones, llevamos un ritmo aceptable, pero mierda, odio que sea una mujer la que se ponga arriba. ¿Que haceís? ¿Dar un paseo? No teneís sangre. No sabeís hacerlo maldita sea.

-Y no hablemos de las pajas-dijo Juan de repente-Todavía no he encontrado a una sola mujer que sepa hacer una buena paja. Lo llevamos diciendo treinta años. Todos vuestros amigos os lo han dicho seguro. Pero nada, no se os queda en la cabeza. ¡Cuidado joder! Mi polla no es un puto plátano, no tienes que pelarlo, no tienes que tirarle al pellejo hasta darle la vuelta en los huevos mierda, eso duele. ¿Porqué no sois capaces de entender algo tan simple como eso?

-¿Y vosotros? ¿Porqué no aprendeís a comer un coño?-dijo Verónica subiendo la voz. La discusión iba subiendo de tono

-Porque es difícil joder-dije yo-Que si punto G, que si clítoris....en cambio, una polla es lo más sencillo del mundo y ni siquiera sabeís hacerlo. Juan tiene razón. ¿Quéos ocurre con las reglas simples? No con los dientes significa "NO CON LOS DIENTES". No importa lo que creaís, lo que penseís, es simple claro y sencillo: "NO CON LOS DIENTES". ¿Te gustaría que te comiera el coño usando los dientes? ¿A que no? Pues lo mismo

-Porque comer un coño no da tanto asco joder-dijo la frígida de Marta- No eso ahí colgando...ugggh

-No, comer un coño es como oler rosas y comer pasteles de nata cariño-dijo Nova- ¿verdad?

-¿Sabeís cúal es el problema? No solo sexualmente hablando-dijo Juan-Si no en general. ¿Sabeís porqué las mujeres no entendeís a los hombres?

-Sorpréndeme-dijo Victoria

-Porque somos demasiado simples-dijo Juan. Y eso nos sorprendió a todos- Veís a un tio y decís, "eh, eso es fachada, no puede ser tan simple" ¿Porqué no joder? ¿Porqué trataís de hacernos complejos? No lo somos. Somos simples cojones. No somos unos vacilones, unos machotes de mierda ni nada así. Es cierto cuando decimos que nos follaríamos a casi cualquiera con dos cubatas encima, es cierto joder. Somos así de simples. Os empeñais en vernos complicados, pero no es así.

Se hizo el silencio. Y de repente Victoria dijo:

-Tú si que eres fascinante Juan Ortiz

Y todos nos sentimos en medio de la inevitable situación que transcurrió. El amor escoje sitios y situaciones extrañas para fraguar algunas veces. Yo pensé en Cristina. Pero bajé la vista hasta el escote de Verónica y la olvidé completamente. Sonreí. Juan tenía razón. Los hombres eramos demasiado simples. Después fuimos a algún sitio a bailar. Y tras unos cuantos cubatas no recuerdo nada más excepto que Verónica bailaba completamente fuera de control entre mis brazos y yo reía mientras la besaba en el cuello y contemplaba a Juan y Victoria hablando en un rincón de algún tema algo más existencial que el resto.