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22 dic 2011

Smile

En realidad nos empeñamos en verlo como algo altruista. Pero el amor es egoísta. Podría decir que la hago reír para alegrarle la vida. Pero en realidad la hago reír porque escucharla reír me alegra la vida a mi. Hasta en mi lecho de muerte, si ella estuviese allí, cogiéndome la mano, haría un chiste fácil y estúpido. Solo para que me recuerde lo gilipollas que puedo ser a veces. Solo porque su sonrisa es lo último que quiero ver en esta vida antes del merecido descanso eterno.








"Caprichos humildes que pienso pagar: Quiero un diamante en su dedo y una casa en el mar"
Crema

16 dic 2011

Oscuridad.


 Jamás entendí a quién huye de las ansías del alma
 Nunca me atrayó la luz
 Nunca me planteé soltar esta cruz
 aunque supe que tampoco el arte me traería calma.

 Y aunque estos demonios traicioneros de mi mente
 no me dejan conciliar el sueño
 libero algo la carga por otras vertientes
 escribiendo para vencer al tiempo más sobre todo muriendo.

 Jura que siempre intentarás amarla
 aunque a veces te sientas vencerte
 vigila bien de las serpientes
 que atacan en la oscuridad a quién pretende iluminarlas

 ¿Compensará la carga?

 ¿Compensará la muerte?

¿Compensará el verso?

13 dic 2011

aún no saben que mi mayor victoria será fracasar.


Me he mirado fijamente al espejo. Y por fin me he dicho eso que tanto tiempo necesitaba oír. Me he dado cuenta de que necesitaba escucharlo de los labios que más valoro. Los míos. Que les jodan, me he dicho. Al fin y al cabo tampoco tenían ni puta idea de lo que hablaban, como todos. Ni siquiera son capaces de entender que la mujer a la que Bécquer escribe ni siquiera existió. Que les jodan a todos ellos. A Baudelaire, a Byron, a Poe, a Lovecraft. No tenían ni puta idea. Cada día admiro más a Bukowski, ni siquiera sabéis que os está diciendo. El mensaje está claro. Dijo: Podría ser un genio, pero prefiero ser feliz. Y por eso es un genio, y por eso os jodéis. Junto con todos mis demonios y todos los almas malditas a los que me he encontrado. Solo una cosa me quedó clara: eran unos completos soplapollas. No quiero amanecer los domingos con la boca pastosa tras la gran fiesta con dosis de palmadas en la espalda y chupadas de culo varias para descubrir que todos se han ido. Los comepollas. Las chicas guapas que no me importan una mierda y a las que les importo aún menos. Y que encima no quede champán. Quiero amanecer junto a ella los domingos y pensar que aún a pesar de todo sigue ahí. Maldecir en voz alta el frío, apartar la estufa estropeada de una patada y descubrir que siguen quedando latas de Steinburg en la nevera. Me he mirado fijamente al espejo. Y por fin me he dicho eso que tanto tiempo necesitaba oír. Me he dado cuenta de que necesitaba escucharlo de los labios que más valoro. Los míos. Me he dicho seriamente:

-Tío, que sepas que te mereces ser feliz.

Y he vuelto a enseñar los dientes como hacía mucho tiempo. Te mereces echarle huevos.

"He comenzado por el del espejo y ahora pienso fallarles también" 
C.Tangana

que le jodan a esta mierda, prefiero tenerla.

pa' mi es como si fuese un regalo.


11 dic 2011

Amor Real



La eterna soledad del que espera. Sentado en su roca. Mirando la costa. El invierno y la ebriedad provocan un raro efecto sobre ella. ¿De verdad fue siempre tan bella? El eterno dolor del que se arrepiente de todo y de nada al mismo tiempo. La eterna confusión de quién no entiende a nadie. Sobre todo a sí mismo. Va a echar un vistazo. Si el pensador estaba roto el sueño estaba roto. Si no estaba, el sueño había muerto. Aún quedaba un colgajo. Pegado a la pared. Y un niño jugando en la arena. De camino a casa vi a un gato negro. Saltó de una casa. Creí que se me iba a cruzar por delante, pero en lugar de eso se quedó parado en la acera, mirándome pasar. Lo saludé y me devolvió el saludo. Sus ojos relucían incluso a plena luz del día. En el patio de casa dibujé un corazón de tiza en el suelo. Lo miré fijamente, no sabía que escribir dentro. Al final puse “Donde duele inspira”. Le di una patada, abrí una cerveza y me tumbé en el sofá. Simplemente a mirar el techo.  Me siento un observador casual de la vida. Me la pasaría recopilando experiencias para estar mirando eternamente al techo. 

9 dic 2011

Lo mataron allá en la guerra.



Nada me preguntó por ella. Ni una sola vez. Eso me molestó. Igual era yo el que se preguntaba demasiado sobre ella. No me preguntaron y me jodió bastante porque estaba deseando contar la historia por la boca y no por los dedos. Fumaba en silencio mientras miraba la pared. He aprendido lo valioso del silencio. Vinieron correteando por el techo. Sus uñas arrancaban yeso a su avance. Estaba seguro que venían a preguntarme por ella. Pero las ratas muertas preguntaron por .

-¿Se os ha terminado de descomponer el cerebro ratas zombie?-les pregunté-Yo estoy aquí mismo.

-No-dijeron entre risitas-El de verdad. ¿Cuándo va a volver?

4 dic 2011

Cosas a llevar a un puente de retiro espiritual en la playa.

-Apuntes. No deben sacarse de la mochila bajo ningún concepto.

-Cerveza. Cantidades industriales.

-"Hollywood" de Charles Bukowski y "Crimen" de Irvine Welsh

-Videojuegos

-Marihuana. La que se pueda costear.

-Borrador a medio de novela corta sobre zombies. Intención: TERMINARLA

-Esquema de borrador de novela larga sobre yonquies. Intención: EMPEZARLA


-Segunda temporada de Breaking Bad

-Acordarse de olvidar el cargador del móvil.

-Pornografía

-Películas varias

-Psilocibes

1 dic 2011

Dos pajaros de un tiro.


Era de esa clase de persona que todos conocemos. Todos conocemos a alguien así. O creemos hacerlo. En realidad no sabemos una mierda sobre él. La mierda que se mete no es para pasarlo bien, es por lo mal que lo pasa, es que los demás no ven. El alma de la fiesta en todas las fiestas. Cuando entra por la puerta lo hace luciendo una gran sonrisa y siempre lleva una bolsa llena de alcohol para que todos le vitoreen al llegar. Alcohol que en su mayoría acaba bebiendo él solo. Todos los hombres de la fiesta lo conocen y todas las chicas lo miran. Tiene ese algo que jamás nadie supo explicar ni definir. Todos los hombres lo envidian un poco y muchas chicas lo desean, aunque sea un poco también. Siempre parece estar feliz, sobre todo cuando está ciego a más no poder. Pero la fiesta acaba, y las chicas bonitas se marchan a vivir sus vidas, y los chicos se marchan tras ellas. Cuando despierte a la mañana siguiente se encontrará solo, durmiendo en el sofá. Todos han vuelto a su vida tras la fiesta pero él jamás supo volver. Solo entendía de eso. Estarán él y su resaca. Entonces, abrirá una lata de cerveza caliente y le dará largos y grandes tragos mientras enciende un cigarrillo. Y en ese momento, en el que nadie le mira, empezará a llorar amargamente.

24 nov 2011

Mad World

La gente es gilipollas. Eso yo ya lo sabía. Pero joder, no sabía que hasta tal punto. A veces no entiendo como es posible que yo vuelva de mear y no tengas a todos los tíos del bar alrededor intentando invitarte a una copa. A veces quiero gritarles los ciegos que están. Pero luego sonrío y doy gracias porque yo te veo.

21 nov 2011

some day

No todo se resume en tener buenas cartas. A veces uno tiene un par de ases, y se emociona, se nubla. El tipo de enfrente solo tiene un 3 y un 6 de picas. Pero si el azar quiere que las cartas que se revelen en la mesa sean tres picas...de poco te sirve una pareja de ases.



Y algún día, si llega, y esperemos que sí, te tendré frente a mi. Y yo seré muy distinto a como soy ahora. Seré un hombre. Un hombre sin miedo. Y lo primero que oirás de mi boca te sonará a excéntrica locura pero llegarás a comprenderlo. Te llamaré Salomé, Akasha, Holly, Lilith, Venus... Algún día te tendré delante y lo primero que te diré, antes siquiera que mi nombre será:

-Te he estado esperando

18 nov 2011

Sus ojos no han vuelto a brillar.



Han pasado muchas cosas en estas treinta y seis horas que hace desde que Rafa vio al primer infectado. Pero no son relevantes. Lo relevante es que ahora está parado frente a la puerta entreabierta de su hogar. Aún no tiene esa pinta de vagabundo que tenía cuando Marta lo conoció. En sus ojos aún había brillo y determinación. Brillo que no se ha apagado ni ahora, mientras cierra los párpados y suspira. Da un primer paso dentro de la casa, intentando no reparar en el nauseabundo olor que en ella se respira. Le sudan las manos. Se las limpia como puede en la camiseta y revisa por décima vez en los últimos cuatro minutos la 9mm que ha conseguido de un coche patrulla. Avanza lentamente por el pasillo de su casa, agudizando el oído. No le sirve de mucho porque el sonido de los pasos arrastrándose tras él se manifiesta de pronto. Sin crescendo. Solo aparece. Se gira rápidamente apuntando con el arma. Sus labios se mueven pero su garganta no emite ningún sonido. Está intentando decir mamá. Aunque la criatura que tiene delante conserva poco de su madre. Ha estado preparándose mentalmente por si llegaba este momento, pero no le sirve de nada. La pistola resbala de su mano y cae al suelo. La recoge torpona y pesadamente y empieza a retroceder. Debería hacer algo más que mirar al zombie de su madre directamente a los ojos y dar pasos hacia atrás. Sobre todo sin mirar por encima del hombro en busca de posibles peligros. Pero no puede. Ya no puede ni intentar balbucear. ¿Qué creéis que pasa por la mente de Rafa? Tiene que ser jodido. Yo, como narrador os puedo desvelar que no está pasando nada. La mente de Rafa está en blanco. Solo se escucha un zumbido estático, como si se hubiese estropeado. Como si no pudiese procesarlo y hubiese preferido desconectarse. Al final Rafa acaba con la espalda contra la pared, con los ojos inundados en lágrimas pero abiertos en un gesto entre locura y miedo. Cuando acierta a ver que tras su madre se acerca algo con los cabellos rubios muy largos casi se colapsa del todo en un grito de angustia y se arroja a sus brazos para unirse a ellas. Pero no puede hacerles esa putada. Les debe mucho. A lo largo de su vida Rafa no ha sido precisamente un chico modelo. Eso se acabó. Hay responsabilidades que un hombre no desea pero que tiene que asumir. Así que al final las lágrimas se cortan y el brillo en los ojos de Rafa muere. Su brazo derecho parece venir de Indonesia. El tiempo se le hace tan lento que es espeso y flota en el ambiente. Podría llegar a cortarlo con una cuchara. Al final logra que su brazo derecho apunte a la cabeza de su madre y que su mano izquierda agarre con fuerza la culeta del arma para ayudarle a acertar. Lo hace. No es el odio lo que mueve el mundo. O lo movía. Fue el amor. Rafa tenía la pistola cargada de amor por su madre, los dientes crispados de infinita bondad y apretó el dedo como el que besa a su amada en la frente para despedirse de ella eternamente. La bala que sale de la pistola solo lleva amor para su madre. Aún así le atraviesa el globo ocular derecho, produjendose una pequeña explosión de fluídos que Rafa no puede evitar ver. Es sucio. Es desagradable. Pero la bala alcanza el cerebro y su madre se desploma de espaldas. Sin más. Rafa reza porque no le den espasmos, como a otros infectados. No le dan. En cuanto toca el suelo el cuerpo sin vida de lo que fuese su madre parece estar en paz. Excepto por los flujos cerebrales que manan a través del agujero de salida de la bala. Con toda la fuerza del mundo Rafa se fija en su pobre Amanda. Su petit-suisse. Su princesa. La "ñaja". Sus cabellos rubios seguían teniendo su belleza, pero estaban cubiertos de polvo de haber sido arrastrados por el suelo durante horas. Tenía las piernas parcialmente devoradas y avanzaba clavando los dedos en el suelo y arrastrándose. Rafa escuchó el crujido de sus mandíbulas abriéndose y cerrándose compulsivamente. Llevaba el codo derecho al aire, con toda la piel de alrededor hecha jirones. Parecía que la hubiesen pelado como a un plátano. Su hermana sigue acercándose e intenta apuntarle y volver a disparar. Cuando de repente su hermana se para al lado del cadáver de su madre y empieza a comer compulsivamente a través del agujero de su cabeza. A sorber. Como si fuese un melón. Conozco a Rafa, mucho más que vosotros además. Y puedo deciros que el verdadero Rafa hubiese vaciado el cargador sobre su hermana mientras gritaba y lloraba de asco, rabia y pena. El antiguo Rafa se hubiese colapsado, hubiese entrado en uno de sus ataques y palo en mano se hubiese lanzado a matar zombies hasta la muerte. Pero el nuevo Rafa dispara dos veces a su hermana. Una en el cuello y la otra en la nuca. Se escucha un leve gemido y el zombie muere. Recarga el arma y pasa por encima de los cadaveres procurando no pisar la sangre y los sesos desperdigados por toda la tarima. Rezando porque su padre y su hermano estén muertos. Sus ojos no han vuelto a brillar.

15 nov 2011

Perdí el gorro.


-No te ates a un perdedor-le dije

Aquella noche llovía. Pero de verdad. De esa lluvia que empaparía los huesos del alma si el alma tuviese huesos. Ella quería golosinas. Y a mí solo me quedaban de esas dulces que, justo al llegar al centro, desprendían un líquido amargo que te hacían tragar. Y ahí estaba yo, con mi gorro y mi cigarro, resguardado en un cajero con techo. Ella estaba fuera, empapándose, a pesar de que yo tenía las zapatillas tan llenas de agua que me pesaban al caminar. Le encantaba dar vueltas y hacer el idiota bajo la lluvia. Y a mí me encantaba mirarla mientras lo hacía. Me encantaba ver las gotas de lluvia resbalar por sus párpados mientras le caían chorretes de rímel. Me encantaba porque siempre los abría y me helaba el corazón con esos ojos de hielo que tiene.

-¿No quieres plomo en tu caída?-preguntó mientras daba vueltas

Me habló de plomo sin saber los kilos que llevaba a la espalda. Su amor cayó sobre mí como una losa. La conocí borracha. Yo iba muy borracho también, pero no es resaltable. La conocí porque la observé durante minutos escondido en un refugio mientras ella danzaba bajo la lluvia. Al principio pensé en lo fácil que sería ligarse a una chica que bailaba bajo la lluvia a esas horas de la madrugada que yo suponía y no quería conocer. Pero cuando salí de mi refugio presto a abordarla me quedé petrificado en mitad de la calle. Me miró a los ojos. Y me heló. Sin más parafernalia. Sin aviso. Esa primera vez que me miró a los ojos me heló tanto que decidí que jamás volvería a follarme a nadie que no fuese esa desconocida. La primera vez que noté el carmín de sus labios en un canuto decidí que jamás volvería a besar a nadie que no fuese ella. Cuando me besó sentí que algo en mi interior se helaba del todo. Y mi corazón me dijo muy serio que jamás volvería a amar a otra mujer.

-Hablo enserio-le dije-No cometas ese error. No te ates a mí.

Ella se enfadó. Muchísimo. Era fácil saber cuándo se enfadaba porque el hielo de sus ojos me quemaba en lugar de helarme. Se acercó a mí y me quitó el gorro con mucha violencia. Después lo tiro fuera del techo del cajero. Hacia el suelo mojado.

-Ahora vienes y te mojas conmigo-me dijo-Estúpido. Que solo me dices estupideces.

Salí. Llovía demasiado. El cigarro se empapó tanto que se destrozó y finas hebras de tabaco empezaron a caer al suelo. Yo lloraba porque quizás era la última vez que la veía en la vida. Hablaba totalmente enserio. Mi decisión era firme. La quería demasiado. Demasiado para retenerla. Demasiado para obligarle a ahogarse conmigo. Ella podía respirar bajo la lluvia. Yo no. A mí me ahogaba casi cualquier cosa.

-No puedo darte todo lo que mereces-le dije sin atreverme a mirarla. No quería que se diese cuenta de que yo lloraba.

-¿Y qué merezco?-preguntó ella hecha una furia- ¿Un chico que me recoja en el portal de mi casa con el pedazo de coche que le ha pagado su papá? ¿Un chico que presentar a mis padres sin miedo porque sé que lo adorarían? ¿Una buena nómina? ¿Reuniones con el jefe para comer? ¿Domingos soleados haciendo barbacoa en casa de los suegros mientras los críos corren de aquí para allá?

-Y, ¿por qué no?-le dije yo- Eres la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida, pero ni tú podrías salvarme del abismo que me acompaña a todas partes. Susurrándome que me lance a él.

Me besó fugazmente en los labios.

-Cada vez que digas una estupidez te voy a dar un beso-sentenció ella-No pienso escuchar tus tonterías. No esta noche.

-Eso no es justo-le dije

Me besó.

-Claro que no es justo-dijo abriendo los brazos- Pero estamos en la lluvia y aquí dicto yo las reglas.

-Deja las estupideces románticas para otro momento, creo que deberías pensar en lo que te estoy dicien…

Me besó.

-Huye, ahora que aún pue…

Me besó.

-¿No te das cuenta? Yo jamás te voy a poder ofrecer paz.

Me besó. Me acerqué más a ella. Hasta juntar la punta de nuestras narices.

-Te quiero-le dije

-Y yo a ti-me dijo - Te quiero tanto que me lates en el corazón. Te quiero tanto que cuando no estás me duele el alma porque la siento incompleta.

-No voy a ganar mi guerra contra la vida-le dije

-Yo no quiero ganar-me dijo besándome en la oreja- Yo lo que quiero es bailar eternamente bajo la lluvia contigo.

Y nos marchamos cogidos de la mano buscando una fuente en la que bañarnos desnudos. Desde entonces intento decirle la mayor cantidad de estupideces al día que puedo. Para así recibir todos sus besos a cambio. Ah, y perdí el gorro.

10 nov 2011

Him.


Reúne todos los tópicos en un solo cuerpo. El típico poeta maldito con la típica actitud de estrella de rock. Escribe. Prosa, poesía, música, ensayos, artículos. Que más le da. Él escribe. Siempre fue el adolescente que soñaba con no crecer nunca sin darse cuenta de que lo había hecho antes de tiempo. A medio camino entre chico sensible que va de duro y chico duro que va de sensible. Siempre jura que nadie lo entiende. Y yo en realidad creo que el que no se entiende es él. De aquí a allá todo el rato, sin parar por ningún sitio demasiado tiempo. Siempre se obligó a auto-cortarse las raíces. Se le escapaba el tiempo entre las manos y eso le atormentaba hasta el punto de no dejarse dormir a sí mismo. Nunca había soñado con tener alas, él ya nació con unas pegadas al cuerpo. Hay gente que tiene escarceos con las drogas. Él no. Él las convirtió en su pasión, en su vida. Y le gustaban las mujeres. Ya sabéis lo que os digo. No el sexo. Las mujeres. Las amaba. En todas veía algo y por todas perdía la cabeza. Yo llevaba un año sin verlo cuando simplemente llegó al garito de Neda, entró y se sentó en el sillón con una sonrisa como si nada a hacerse un porro. Con total confianza. Era de esos que lo cogían todo y lo daban todo.

-Eh, tú-le dijo el Chino desde el otro lado del sillón-Pásate el puto porro ya hombre.

Ah, sí. Y siempre se apalancaba el puto porro.

8 nov 2011

No te preocupes niña


Se acerca con una sonrisa de oreja a oreja. Desnudo y con un cuchillo en la mano. Yo estoy atada. También estoy desnuda. Intento cerrar los ojos y pensar en cosas bonitas. Pero estoy como drogada, cuando cierro los ojos me dan náuseas. Recuerdo lo que decían los periódicos sobre cómo los criminólogos creían que al “asesino de la cicatriz” le excitaba sexualmente el sufrimiento y el dolor de otras personas. Así que intento no hacer ningún ruido, ni llorar, mientras él se acerca con su pene flácido colgando. Él ríe al observar mi cara de neutralidad.

-No te preocupes niña-me dice con una voz extrañamente cálida- Acabarás gritando.

3 nov 2011

Eterno.


Gotas perladas de sudor del tamaño del puño de un bebé resbalan por mis sienes. Por fortuna llevo la gorra puesta y nadie puede darse cuenta. Vuelvo a mirar mi mano: El siete de picas y el siete de tréboles. La ciega está a cinco euros. Yo meto diez. Ya solo quedamos tres jugadores. Esta jugada va a ser definitiva. Los otros dos jugadores van.

Salen tres cartas. El tres de corazones, el cinco de corazones y el siete de rombos. Me tiembla el pie izquierdo pero eso queda lejos del alcance visual del resto de la mesa. Meto otros diez. Los otros dos lo ven. Ninguno sube. El croupier quema una carta y saca otra.

La dama de picas. Mierda de carta. Miro a los otros dos jugadores y sus miradas me trasmiten que esa carta tampoco les interesa. Meto otros diez. Uno lo ve. El otro sube otros diez. Lo miro fijamente evaluando las posibilidades. O va a por el color o tiene dos damas. O es un farol. En cualquier caso tengo un puto trío de sietes así que lo veo. El otro también lo ve.

El siete de corazones. Casi salto de la silla. Evalúo las posibilidades intentando parecer neutro. Es obvio que al menos uno de los dos lleva color. Pero lo que ellos no saben es que yo llevo dos putos sietes entre las manos. Un póker. Están jodidos. Así que se lo digo:

-You ‘re fuck.

Y meto mi all-in. A tomar por culo. Que se salgan de la mano, con los 120€ que hay en la mesa ahora mismo la partida es mía. Aparte yo he metido otros 30, todo lo que me quedaba. Uno de ellos arroja las cartas encima de la mesa. Miro lo que le queda en su montón. Unos 40 euros. No importa. No es rival entonces. El otro sonríe y mete los otros 30 que le quedan. El bote de la mano asciende a 180 pepinacos alemanes.

La cosa está que arde. Uno de los dos se marchará de la partida, el otro, probablemente quedará primero. Aquí, en esta casa, no les gustan las mariconadas. Un 80% para el primero, un 20% para el segundo. El tercero no se lleva nada. Excepto el amargo sabor de la derrota y la impotencia al llegar a casa.

El otro jugador gira una carta. Los segundos que tarda en girarla me parecen horas. Horas en las que pienso qué haré con el dinero. Para empezar esta noche voy a pillar medio gramo y una botella de JB para mi solo. O, qué cojones, una de cacique 600. El leve, levísimo, ruido de su carta al girarse me saca de mis pensamientos. Un cuatro de corazones. Es como si alguien me tirase un piano. Noto como, involuntariamente, me estoy plegando sobre mí mismo y me estoy resbalando por la silla. Giro mi carta. Un siete. Se produce un gemido de expectación general. Yo ni me acordaba de que aquí había más gente. Él va a girar su última carta. Yo rezo a todos los dioses que conozco. No puede ser en cualquier caso. El tipo como mucho llevará…no sé, el as de corazones o cualquier mierda. Un color. Me lo follo. O quizás lleva un seis, pero no el de corazones. Escalera. Impresionante, desde luego. Pero también me lo follo. Es lo que tiene el póker. Al final no importa lo bueno que seas, ni lo bien que leas las emociones, ni como controles las tuyas, ni siquiera las probabilidades que manejes. Al final todo es azar.

Y el hijo de perra sonríe con todos sus dientes de alemán mal parido mientras la gira. El seis de corazones. Escalera de color. Me dice algo en alemán pero no lo entiendo. Supongo que me ha recordado que soy yo el que está jodido. Si hay algo fascinante con respecto al juego en general, antes que ganar, es perder. Quién se haya jugado sus últimos treinta euros y los haya perdido me entiende. Salí de allí en una nube. La gente me hablaba pero yo estaba pálido y no entendía a nadie. En un acto de caridad cristiana un compañero de clase, el polaco, me pasó una L a medio fumar y me instó a que la terminase. Él sabía cómo de jodido estaba yo. Salí a la calle y anduve mecánicamente. No sabía a dónde ir. Hice acopio de toda mi voluntad y miré el calendario de mi móvil. Estábamos a día 14. Mi viejo me ingresaba dinero cada día 31. En el cajón de mi piso aún me quedaban cien pavos de la beca. Tenía que sobrevivir en Berlín 17 putos días con cien pavos. Hice cálculos. Eso hacía un total de 5’80 euros al día. Un puto paquete de tabaco valía más. Estaba muy muy jodido.

Fugaz.

-Y al final resulta que sí soy un cerdo-dijo mientras vaciaba medio quinto por su garganta-No un niñato, ni un hijo de puta, solo un cerdo.

-Coño-le espeté-¿Y eso?

-Se supone que sí que estábamos juntos

-¿Y cúando habíais llegado a esa conclusión?

-Oh-me contestó-Eso es lo más gracioso de todo. Solo lo sabía ella.

Me eché a reír a carcajada limpia.

-Ha sido la relación más fugaz de mi vida-siguió relatándome- Ha terminado 3 minutos después de enterarme que la tenía.

27 oct 2011

Vida puta.



Vida, me debes muchas cosas. Para empezar quiero que a algún idiota se le caiga un billete de 50 y pase yo por detrás para recogerlo. Esas cosas nunca me pasan a mí. Luego quiero que una tía me diga: “Mira le gustas a mi amiga pero también me gustas a mí” y en lugar de decirme “lo siento” me diga “¿te vienes a nuestro piso?” Eso sería fantástico vida puta. Vida mala, me debes mucho, yo debería estar por ahí, viviendo y drogándome y amando en lugar de estar pudriéndome aquí. Alguien debería haber descubierto algún supuesto talento genial que yo tendría y ahora mismo estaría en la cumbre. Pero no vida puta, vida amargada. No hay rosas y los Don Juanes estamos hartos de esperarlas. Nos tendréis que recoger de las calles como a la puta basura y os jodéis porque es la obra que habéis creado. Vida puta, me debes una revolución. Pero una de verdad joder. De las que no anuncian por televisión ni Twitter. Me debes una familia circense y un pingüino mascota. Me debes menos voces en la cabeza gritándome que no hay descanso. Menos depresión. Me debes encontrarme con 100 gramos de marihuana en las putas manos sin motivo alguno. Salir de España. Oh dios, me debes tantas cosas, vida puta, vida mala, vida amargada.

22 oct 2011

War



No me gusta el cuerpo a cuerpo, porque me desarmas con tu mirada. Yo soy más de ganarte guerras en desde el sofá. Necesito más, no, no me voy a conformar. Trato de fumarme una L a ver si se me funden los sesos, pero nada. No se apaga. Y caigo a la almohada y al abrir los ojos no veo tu cara. Y otro día amanece por la ventana. Y no me despertará un hada, solo el puto despertador.

12 oct 2011

Candem Town



Y uno de los viejos que estaba sentado bebiendo de botes descoloridos de cerveza se acercó y me cogió de la nuca.
-Lo veo en tus ojos-dijo-Veo el fuego en tus ojos
-Ah, ¿sí?-contesté mirándole fijamente yo también
Llamó a gritos a uno de sus compadres y el otro también vino a mirarme los ojos. Empezó a reír.
-Oye maldita sea-les dije- ¿Qué pollas hacéis? Soltadme de una vez. Yo nunca formaré parte de nada muerto, como vosotros.
-Oh, sí que lo harás-dijeron. No me soltaron. Yo traté de zafarme de ellos pero eran más fuertes. Aunque ahora no era más que un maldito corral de comedia antaño la gente de Candem Town había sido dura-Algún día el mundo se moverá, a peor, y tú te quedarás al margen. Es ley de vida.
-Tíos, vais muy puestos-les dije- No soy de vuestro rollo.
-Oh, sí que lo eres-dijeron. Y esta vez si me soltaron. Eché a andar alejándome de ellos- ¿Acaso no estás siempre furioso y no sabes por qué?
-Eso describe a la mitad de mi generación- les espeté girándome levemente para mirarlos mientras me alejaba a toda prisa con las manos metidas en la sudadera.
-¿Pero no están ellos furiosos con el mundo mientras tú lo estás con la vida?-me gritó un viejo mientras me alejaba.
Quizás tenían razón. Algún día mi culo medio muerto estaría tirado en mitad de un sentimiento fantasma, escuchando música muerta y hablando sobre sensaciones muertas. Vaya mierda. Siempre me quedaba el “Live fast, die Young”.

9 oct 2011

Love will tear us apart...again.

Ensayé una y mil veces mis palabras ante el espejo del ascensor mientras subía. No podía quitarme esa puta canción de la cabeza. Cada vez que me enfrentaba a una situación como esta, lo que, por cierto, era más a menudo de lo que me gustaría, resonaba en mi cabeza. Desde secundaria. Las puertas del ascensor se abrieron y ante mi estaba su puerta. Suspiré mientras cogía fuerzas para decirle que tampoco era ella lo que estaba buscando. Que el amor nos había separado…otra vez.

6 oct 2011

Listos para despegar.



Paseábamos por el aeropuerto, en dirección a su puerta de embarque. Yo estaba cagado de miedo, esperando el momento idóneo para soltárselo. Le iba a pedir que se quedase, pero aún no sabía cómo me iba a atrever a hacerle aquello. Y ella se paró y se giró y me miró a los ojos durante mucho, muchísimo tiempo, como solía hacer. Dos minutos y medio que fueron una vida entera para mí.
-Tú me haces vivir mil vidas a cada instante-le dije
-Vente conmigo-me dijo
-Iría al infierno si tú me llevases de tu mano-le dije. Sus ojos clavados en mí.
Y me cogió la mano y me llevó a comprar el billete. Ni se me pasó levemente por la cabeza el mirar atrás.

1 oct 2011

Nací muerto.


-No puedes hablar enserio-me dijo ella mientras guardaba el encendedor en el bolso.
Yo ya sabía lo que venía a continuación. Me iba a dejar. Lo había visto tantas veces que lo veía venir a kilómetros de distancia.

-Claro que hablo enserio-dije yo fumando pausadamente- ¿Cuál es el problema?

-¿Qué cuál es el problema?-preguntó ella mientras se levantaba y hacía gestos de exasperación con las manos-Qué estás siempre triste, ese es el maldito problema. Una mañana te levantas, ves tú móvil sin llamadas perdidas y te pones triste. A la mañana siguiente te levantas y tienes montones de llamadas perdidas de montones de gente y te sientes mal y te pones triste. A veces, cuando vuelves de tus largas noches de bohemia y me ves durmiendo en tu cama sonríes de oreja a oreja y te tumbas a mi lado y me abrazas, pero a los diez minutos dices que te doy calor y te agobio y te vas a tu siempre frío extremo izquierdo de la cama. Nunca te he escuchado reír sinceramente sin ir puesto, lo cual tampoco es tan extraño porque sueles ir puesto todo el día. Estoy harta, necesitas ayuda.

-Ya te he dicho que ningún psicólogo quiere tratarme. Dicen que los deprimo mucho-le dije mientras apagaba la colilla en el cenicero de barro.

-Y no piensas ir al psiquiatra porque no quieres que te receten drogas. Solo tú mismo puedes hacer eso-me dijo adivinando mis próximas palabras.

La miré sonriendo en silencio. La verdad es que me conocía bastante.

-Mira-me dijo-No aguanto más. Te dejo tus problemas, una silla y una cuerda.

Y se fue por la puerta. Yo me recosté en el sillón y me fumé un porro mientras veía la tele. Me empecé a sentir mucho mejor.

28 sept 2011

Dame más niña; dame más niña...

-¿Y porqué?

-Bueno-suspiró dando otra calada al cigarrillo impregnado en carmín-¿Sabes esa teoría sobre las relaciones? ¿La del afortunado y el conformista?

-Sí

-Pues me cansé de ser el conformista-dijo-Y he salido en busca de alguien que me haga sentir afortunado

26 sept 2011

Poniéndome tibio y pensando en verla.

Caminé y caminé con los ojos entornados bajo aquel sol cegador y destructor de almas. Rafa Pons cantaba aquello de “acabaré loco, da igual” en mis auriculares. Y entonces me la crucé, la miré, me miró y me eché a reír. Eso la descolocó un poco e hizo un gesto de incertidumbre. La verdad que yo no sabía tampoco muy bien por qué me había reído. Bueno, sí, quizás porque me había fumado el porro anti-resacas (que no había funcionado muy bien esta vez) apenas diez minutos antes. Pero eso no se lo iba a contar a ella. Me quité los cascos.
-¿De qué te ríes?-preguntó ella mientras sonreía.
-Verás, es que anoche salí de fiesta, y he dormido en casa de un colega. Y no llevo ni las gafas ni las lentillas-esa parte de la historia era cierta- Y cuando te he visto de lejos he pensado: “¿Será guapa?” pero luego me he dicho que jamás lo sabría porque no veía una polla. Pero conforme me he ido acercando a ti y te he visto más de cerca me he dado cuenta de que sí, tía, sin gafas ni nada es innegable, eres guapísima. Y me ha hecho gracia.
Después de eso me llevó a su piso y me contó que se llamaba Marta y otro montón de mierda que no me interesaba. Luego me llevó a su habitación y me hizo un montón de mierda que si me interesaba bastante.

21 sept 2011

Tango.



Y bailaba y bailaba sin cesar, mirándome a los ojos mientras se alejaba y acercaba intermitentemente. Y yo, que me iba con la mente a pedir un whiskey, o sencillamente al coche a largarme a casa, o a otra zona de la pista de baile. Con la mente. Los pies los seguía teniendo clavados al suelo. Mirándola.

20 sept 2011

SPAM

http://miputakasastudios.blogspot.com/
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14 sept 2011

Deus Ex Machina



Os escribiría mil cosas esta noche. A ti algo burlesco, contigo iría de chulo, contigo de aspirante a yonki, a ti quizás te pidiese perdón de una vez, a ti quizás al fin te perdonase. Escribiría mil cosas esta noche porque tengo el alma llena de luz de haberme quedado ciego tantas veces. Preguntan si creo en Dios y yo respondo bien alto que creo en las mujeres. Creo en el carmín difuminado en el pecho, en mirar el móvil nervioso antes de pulsar “enviar”, en las risas estúpidas y nerviosas, en un móvil que no suena, en un cenicero lleno de colillas, en pelarse de frío y acurrucarse para darse calor, en asarse de calor y acurrucarse para darse fuego, en esconder un chupetón tras una bufanda, en arrepentirse una y mil veces, en dar las gracias una y mil veces. Y sobre todo creo en el amor, y jamás se me ocurriría vincularle una palabra tan horrible y carente de verdadero significado como “eterno”. Creo en las drogas y en los estados de conciencia alterada, en meterse en los oídos de la pobre gente cuerda, en ir más allá, en atreverse a mirar donde nadie más se ha atrevido a mirar y cargar con ello, creo en la búsqueda de la verdad. Creo en la métrica, no creo en el mito. Creo en los que escuchan voces horribles gritándole cosas horribles sobre lo grande que debería ser. Y sí, algún estúpido incauto que cree que le deslumbraré con mis palabras me pregunta si creo en Dios, y yo respondo bien alto que creo en las mujeres.

12 sept 2011

Tu la carne, yo el verbo.


Contuve las nauseas mientras las violentas sacudidas de la tos me hacían arder el pecho. Por fin salió disparado de mi garganta a mi boca. Lo escupí al váter. Me repuse y me eché agua fría por la cara. Salí empuñando el porro y cogí mi sitio en el sofá. No me atreví a mirarla porque notaba que ella me estaba mirando. No paraba de mirarme fijamente desde que tomé parte en la conversación sobre la generación beat. Al fin y al cabo todo lo relacionado con la literatura o las drogas era mi especialidad. Y no para de mirarme con sus ojos azules y sus cabellos rubios de ardeparís y sus labios rojos como la sangre del cordero derramada en las arcas del tiempo y sus rastas y sus pechos y su voz dulce que puede recitar a Neruda de memoria. Y me siento incomodo. Me siento acongojado. Tengo pánico. Como si volviese a tener 16 años. Se supone que yo debería mirarla fijamente y ella rehuirme la mirada. Entonces me sentaría a su lado y le diría alguna de las estupideces que se me suelen ocurrir. Pero no. Es ella la que me mira fijamente y yo con esfuerzo sobrehumano levanto mis ojos inyectados en thc y le aguanto la mirada. Diez segundos, quince, veinte. Y no la aparta. La gente sigue hablando alrededor de la mesa pero es como si no existiesen. Solo nos miramos. Y es una mirada tan intensa que me hace arder por dentro. Es una mirada más intensa que muchos de mis encuentros sexuales. Tan intensa que me hace apartar la mirada y girarme a mirar a Juan.

-Tronco-me dice-Te está follando de mil maneras ahora mismo

-Mírala-le contesto-Y luego mírame a mí.

-No he dicho que tenga lógica-contesta- Solo que está pasando

Y siento unas ganas terribles de sentarme junto a su oído y susurrarle: “Amor, las palabras en realidad están vacías y el tiempo vuela y se escapa. Los nombres son insignificantes y todo lo humano está carente de sentido. La carne. La carne y el verbo amor mío. Eso es lo único que importa”
Pero me sigue mirando fijamente con esa mirada que parece ordenar: “Ven”. Y me tiene clavado de miedo en el sofá.

9 sept 2011

La espiral



Buscó el mechero de cuclillas e hizo pantalla con el dorso de su mano. Le costó tres intentos pero consiguió hacer arder la punta del canuto. En cuanto se levantó el viento desprendió toda una lluvia de chispas de hachís ardiendo hacia sus pantalones.

-Mierda-masculló el joven pescador-Puto viento

Volvió hacia donde estaban sus amigos. A pesar del tiempo no había levante y hacía mucho que no iba de pesca. Y dios, lo necesitaba. Se sentó en su silla de plástico y se acomodó el gorro. Cogió una lata de cerveza de la nevera y se la abrió, en cuanto le dio el primer trago le recorrió una sensación de: “Oh, sí, justo lo que necesitaba”. Volvió a la conversación, y media hora más tarde su caña empezó a agitarse violentamente. Se levantó corriendo y todos sus amigos le siguieron. Por la violencia de los tirones el maldito pez debía de ser una bestia. Dio un pequeño tirón y recogió un poco de sedal. La caña casi se le escapaba de las manos. Maldito pez debía ser enorme. Sonrío. ¿Qué sería? ¿Un lucio? ¿Una dorada? ¿Una lubina? No importaba. Eso solía ser lo de menos. Era la emoción de la conquista, la lucha pez-hombre, lo que le volvía loco. Y la lucha iba a su favor. Llegó ante el momento de la drástica decisión. ¿Daba otro tirón o soltaba un poco de sedal? Miró a sus amigos. Todos se encogieron de hombros.

-Es cosa tuya-dijeron.

Volvió la vista hacia el mar fiero y le sonrío con los colmillos del lado derecho de su boca. Dio un tirón. El hilo se rompió. El pez escapó.

-Mierda-masculló el joven pescador.

Lo había perdido. Se centró en la tarea de volver a preparar la caña y sus amigos volvieron a donde las sillas. Anudó el anzuelo y metió dentro una coreana. Al fin y al cabo eso era la emoción de la pesca. Seguir adelante. Lanzó el anzuelo y se fue a por otra cerveza mientras meditaba:

“Lo quiero todo o nada soy así de drástico"*

*Ceerre-La espiral

1 sept 2011

Flechazos Platónicos Repentinos



Las palabras bailaban ante los ojos de Pedro al ritmo de las vibraciones y traqueteos de la línea 21. Pedro era un sinfín de cosas, gestor de recursos en prácticas, bebedor de vino, amante taimado y sobre todo, desde toda la vida, Pedro era devorador de palabras. Ahora mismo estaba leyendo a Henry Miller en el trayecto de vuelta a casa. Un bache algo más grande de lo habitual provocó que Pedro se despertase de su embrujo justo a tiempo para tirar de la parte de debajo de la goma de sus calzoncillos con el objeto de disimular su erección. Miller siempre le ponía cachondo. Justo en frente de él había una joven con los cascos del ipod silbando mientras movía la cabeza. Le gustaba. Aunque últimamente le gustaba cualquier chica que no conociese. El problema era cuando llegaba la tercera o cuarta citas. Resultaba que todas eran un poco iguales. Incapaces de comunicarse con él a los dos niveles que él más importantes consideraba. La que podía entender su cerebro no podía entender su alma, y al contrario. Y la mayoría no entendían nada de nada. No es que con veinticinco años quisiese casarse y sentar la cabeza, pero una vez que descubrió que jamás tendría la vida nómada con la que siempre soñó y que a los editores no les interesaban los relatos cortos “plagados de corta y pega a Bukowski” no tuvo más remedio que admitir que no le gustaría morir solo. Y se puso a buscar a la mujer de su vida. El problema es que desde pequeño Pedro siempre había sido muy meticuloso y muy exigente en casi todas las facetas de su vida, quizás hasta un tanto neurótico, aunque últimamente el Diazepam calmaba eso por alguna razón que ni comprendía ni quería comprender. La chica de los cascos se fijó en la portada de su libro y luego en él y sonrío. Luego giró la cabeza para mirar por la ventana mientras seguía sonriendo. A Pedro el corazón se le paró una décima de segundo. Algo imperceptible para él pero que aún así le produjo una especie de shock. Él los llamaba sus “flechazos platónicos repentinos”. Se perfiló una imagen de la chica. Estaba escuchando a Louis Armstrong, concretamente su maravillosa versión de “La vie en rose”. Le gustaba tararearla mientras hacía el desayuno y sería lo primero que oiría Pedro al día siguiente cuando se despertase. A ella haciendo el desayuno y tarareando “La vie en rose”. Lo que le obligaría a quererla durante el resto de la eternidad. Le gustaba Miller, eso era evidente, pero en su pequeño bolso de mano llevaba una edición muy vieja y sobada de “Báilame el agua”, llena de pequeñas anotaciones y subrayada una y mil veces. Era tímida pero tenía una gran fuerza interior. Le gustaba el mar, pero también la montaña. Y la lluvia, le encantaba la lluvia. Tenía un gato, quizás incluso dos. Pedro se sonrío a sí mismo. Lo más probable era que en realidad en su bolso solo tenía artículos de maquillaje. Solo había visto la película de “Báilame el agua”, pero no había leído el libro. Y dios, estaba escuchando Beyoncé. O quizás no. No perdía nada por averiguarlo y a lo mejor hasta se acostaba con ella esa noche. Se decidió por entrarle con confianza y sin miedo, a saco, si se asustaba…bueno, “lo quiero todo o nada soy así de drástico” pensó. Levantó la vista justo a tiempo de verla bajarse en la parada del autobús. Tarde, otra vez es tarde. Pedro decidió que en cuanto llegase a casa se prepararía un buen baño caliente y se haría una paja. Y volvió a Miller.

29 ago 2011

#

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

28 ago 2011

Mátame o elévame



No quiero que me salves si no que me destruyas. Que me hagas arder por dentro. De sopetón.
El problema es el de siempre muñeca/ Yo abro la boca y tú no entiendes una mierda.
Necesito que seas cuchillas en el corazón, que me oxides las venas. Que nos encuentren solos y borrachos a las 5 de la mañana destrozando botellas contra el suelo y haciendo el amor sobre los cristales.
Maltrátame, por caridad.
Quiero tener que defenderte delante de todos. Apuñalar sus ojos cuando te miren.
Que nos rajen la espalda al pasar.
Quiero volver a escribir.
Quiero que me hagas sentir vivo, y después, que me mates.
Haciendo canciones de putas y droga/ Regenerando heridas como Logan.
Olvídame en mitad de un “Te Quiero” agonizante. Sé mi droga. Mátame. Mátame o elévame.

Volver a volver en Septiembre

16 ago 2011

Y si tratas de ser justo solo es justo el corazón; los demás órganos tratarán de quitarle la razón.

Día 1: Como echarte de menos y saber que volver a tí nos mataria a ambos


Pero no es por ti, ni siquiera por mí, no es eso: Es porque un hombre es lo que es y no puede dejar de serlo. Es una sensación tan extraña. Sé que te he hecho el mal y sé que me he hecho el mal a mi mismo. Y sin embargo, mi kharma me grita que he hecho el bien. Quizás no durante un tiempo. Pero a la larga. A la larga sé que he hecho el bien. Y eso es lo que cuenta. Un hombre no es nada sin kharma.
El kha es rueda

(...)

Yo no soy normal. Eso queda bastante obvio. Los únicos hombres que me entienden me aman y me respetan. Las pocas mujeres que consiguieron hacerlo salieron corriendo.

(...)

Hay gente que quizás no está hecha para ser feliz. Quizás yo soy uno. He vuelto a escribir. Mucho. A escribir mucho. Este dialogo me encanta. Lo he puesto mil veces en este blog y en cualquier cosa que me represente y lo voy a volver a poner. Mierda, lo llevaría en una cinta para enseñárselo a la gente por la calle.

-¿Podrías escribir en paz?

-Muñeca, te lo he dicho muchas veces, nadie que escriba nada que merezca la pena puede escribir en paz.


Pd: No me apetece poner una foto

19 jun 2011

Cuando ya no le sirve de nada (3)


En Berlín, Alemania. Me dijo que se iba a casar. Y me dio una postal de París. Nunca habíamos ido a París porque nos parecía muy tópico. Volví a casa llorando como un imbécil. Y seguí llorando un par de días más. Por aquel entonces vivía solo. Nunca creí que nada pudiese afectarme tanto. La muerte de mi padre no lo hizo un par de años antes. Pero comprendí que era la tristeza. Era esa sensación de desolador vacío en el pecho. No sentía ganas de drogarme para olvidar mis penas, ni siquiera de beber, mis penas no pesaban. Eran una sensación en mi pecho de ausencia. Una nube negra que no me dejaba ni pensar mientras deambulaba del escritorio a la cocina y de la cocina a la cama. No acudí a París. Renuncié a Marta para siempre puesto que no teníamos ningún dato del otro. Ni dirección, ni teléfono ni nada. No he vuelto a verla jamás. Ahora sí la comprendo, y me arrepiento. Me carcome. Quizás no la recuerdo en diez años, pero cuando la recuerdo y pienso en que la dejé ir, me come por dentro. No me deja respirar. Tengo que excusarme de donde esté y buscar un baño para gemir y morderme los nudillos. Aún a mi edad. Me carcome porque ahora la comprendo. Ahora que estoy casado con el amor de mi vida y tengo tres hijos todo está claro en mi cabeza. Lo nuestro era tan platónico en el total sentido de belleza que en realidad posee esa palabra que simplemente lo vencía todo. No tenía nada que ver con haber encontrado cada uno a su pareja ideal con la que envejecer y morir juntos. Era algo totalmente aparte y que no debía morir con eso. Pero claro, uno comprende las cosas a los 75 años. Cuando ya no le sirve de nada.

15 jun 2011

Cuando ya no le sirve de nada (2)


Al principio me resistía la hipocresía de provocar una situación así, provocarla le quitaba la magia, el romanticismo y el tinte novelístico. Pero no fue así. Provocarla era aún más satisfactorio, era vivir una vida de cine porque habías decidido vivirla así. Y comprendí que así era. Todos esos famosos que yo idolatraba habían vivido una vida digna de ser contada porque lo habían decidido así al nacer. No se resignarían siendo uno más y provocaron que su vida mereciese la pena. Y yo también lo hice. Granada y su Alhambra, Túnez y sus dunas (sin desmerecer el Anfiteatro de El Djem), Venecia y sus canales. Solo con recordarlo lloro emocionado. Que mágico, que increíble. Cada vez uno de nosotros elegía la próxima ciudad, una cita cada seis meses. Empecé a escribir más y a presentarme a concursos, aunque fuesen mediocres, solo por recaudar dinero, acepté un contrato fijo con una editorial y escribía para un diario de poca monta y tirada gratuita. Solo por pagarme esas citas. Eran como mi verdadera vida. Habían nacido de la ficción, una forma sutil y maravillosa de huir de la realidad, y se habían transformado en lo único que merecía la pena ser vivido. Teníamos una regla, no hablar de nuestra vida amorosa al margen de nosotros. Jamás la incumplí, aunque cuando creía enamorarme de otra me moría de ganas. Marta si la incumplió. Quince años después de empezar a vernos. Cuando yo tenía treinta y cinco años. En Berlín, Alemania (...)

12 jun 2011

Cuando ya no le sirve de nada (1)


No sé cómo empezar esta historia. Y resulta irónico porque me gano la vida contándolas. Pero no es lo mismo relatar “una” historia, que relatar tu historia. No sé porqué conocí a Marta. Supongo, que como las cosas verdaderamente buenas en la vida, pasó sin razón aparente. No nos presentó ningún amigo que yo recuerde, ni nos conocimos en ninguna charla de poesía, ni mágicamente en el cine. Nos conocimos y punto. Apenas recuerdo cómo. Hace ya muchos años. Marta era una chica muy especial, lo que en realidad es una forma bonita y romántica de decir que Marta era muy rara. Por aquel entonces yo estaba disfrutando del estallido rompedor de los 80, que en realidad no eran más que los residuos de los 70, que a España venían con retraso. No tenía casa ni hipoteca, pero tenía una Olivetti portátil y un editor con lo necesario para triunfar en su profesión: Poca vergüenza y mucha constancia. Era de los que llamaban cada dos semanas a la editorial para enterarse de si habían recibido el manuscrito. La mayor parte del tiempo que andaba por Madrid solíamos apalancarnos en su casa. Aunque yo tenía amigos en casi todas las ciudades, sobre todo porque era bastante nómada y también tenía el presupuesto muy justo. Pero claro, si vuelves a Cádiz después de un año y medio y le pides a un antiguo colega de la facultad que te deje dormir en el salón unos pocos días, por dios, todo lo que necesites. Así que iba tirando. Pero bueno, me estoy desviando del tema. Marta. Marta y sus pecas me dijeron que cada una de nuestras citas debía ser en una ciudad del mundo diferente. Y que cada vez sería única y especial. Hablaríamos de algo distinto, pasearíamos por sitios distintos y dormiríamos en hoteles distintos. Empecé a hacerlo porque me parecía mágico, romántico y muy sacado de una novela. Al principio me resistía (...)

1 jun 2011

ytodossonpoetas

Eternidad en la copa de un pino.
Agua en los ojos de una Geisha.
En tus brazos.
En los míos.
Sangre y poesía.
Sangre y poesía.
Poeta muerto.


Pd: Así cualquiera hace poesía, comedme el nabo.

19 may 2011

Hope.

Y por mucho que mi mente me grite que no me haga ilusiones, que solo va a ser peor, que esto va a acabar como siempre...no puedo evitar hacérmelas. Lo necesito. Necesito volver a creer en que las cosas pueden cambiar. En que las podemos cambiar. Aunque sea un poquito. Que esta vez no, esta vez no podrán hacerse los sordos.

12 may 2011

Troubling



El problema es que todos se creen demasiado buenos en esta mierda. Y me preguntan: "¿Tú es que nunca descansas?". Y eso es lo que me da miedo. Que sí, que claro que voy a descansar coño. Cuando esté muerto.

Marta escuchó un ruido a su izquierda y sacudió la cabeza con fuerza para alejar sus pensamientos. Desde un largo pasillo un zombie tambaleante se dirigía hacia ella. Sonrió. Sería buena ocasión para probar su nueva adquisición. Se colocó la escopeta en la cadera y la clavó con fuerza para evitar que el retroceso la echara al suelo. No eran armas hechas para nadie que midiese un metro sesenta y pesase cincuenta kilos. Esperó a que el zombie se acercase más. Cuando estuvo a cinco metros le apuntó al pecho. El zombie era, o había sido, un hombre. Marta pudo adivinar por lo poco que quedaba de su cara y los jirones rubios de lo que antaño había sido su cabello que se trataba de un hombre guapo. Se imaginó la cara de tantos cerdos que le habían tocado el culo en el bar, contuvo la respiración y apretó el gatillo. No estaba preparada ni de lejos. La escopeta apenas tuvo retroceso, quizás porque era una versión muy moderna y porque a las armas de la policía las dotaban de una estabilidad especial. Aun así, nunca supuso que su poder destructor sería tanto a tan corta distancia. El pecho del zombie se hundió literalmente hacia dentro primero y después un agujero enorme apareció en su torso rezumando sangre oscura a borbotones. El zombie apenas tuvo espasmos en el suelo. Un solo disparo. Marta casi dio un salto de alegría. Estaba harta de tener que disparar al menos 4 o 5 balas a uno de esos hijos de puta para que muriese en paz. Escuchó un crujido a su izquierda y se quedó helada. Las décimas de segundo que tardó en volverse le parecieron años mientras rezaba porque el zombie estuviese lo suficientemente lejos. Estaba a dos metros. Apenas tuvo tiempo de fijarse en él o apuntar antes de apretar el gatillo. Sus dedos descompuestos estaban tan cerca que Marta casi podía sentirlos rebuscando en sus órganos. El disparo le acertó en el cráneo. El resultado fue como el de arrojar una gran y enorme sandía desde un quinto piso contra el suelo. El cráneo del zombie estalló en una lluvia de fluidos, sangre y lo que parecían trocitos de hueso. Marta cerró los ojos y respiró profundamente, intentando no llorar ni caer en un ataque de ansiedad. ¿Cómo había sido tan estúpida? Ni siquiera había asegurado la zona y se ponía a leer los últimos escritos de lo que probablemente a estas horas era un difunto. Un difunto desconocido como los miles que habría por toda la ciudad. Abrió los ojos y se movió con destreza hacia la puerta, intentando olvidar como por su piel resbalaban camino al suelo trozos de cerebro y hueso. Sobre todo se obligó a no pensar en cómo llevaría el pelo.

1 may 2011

Doble ración


-No sé, nunca me han ido los macarras, excepto tú-dijo ella-Ni siquiera sé porque seguimos viéndonos

-Yo sí sé porque quiero seguir viéndote-dije

-Y yo porque quiero seguir viéndote a ti-dijo ella-Pero, no sé, es solo que siento que no deberíamos

-¿Porque hacéis eso?-dije-Tu y todo el mundo hacéis lo mismo

-¿El qué?-preguntó Vanesa recostándose sobre el banco

-La razón y las emociones son diametralmente opuestas-dije-¿Por qué os empeñáis en mezclarlas? ¿No es más fácil hacer lo que te gusta sin pensar el porqué te gusta? No se puede mezclar razón y sentimiento. Solo provoca dolor.

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Me gustaría que hubieseis estado allí para contemplarlo. No con vuestros ojos si no con los míos. No con vuestro corazón y vuestra alma si no con mi corazón y mi alma. Arrojé la gabardina a un lado, dejé la espada en el suelo y las pistolas en el primer cajón de la mesilla. Y me senté en el borde de la cama. A mirarla. Yacía de lado, apenas tapada con la fina sábana y en ropa interior. Las luces del alba ya despuntaban por la persiana entreabierta. Su larga cabellera desparramada por el colchón y sus suaves y deliciosos muslos blancos. Su boca. Su respiración acompasada mientras dormía. Era la perfección. La perfección se llama Vanesa. Me quité el coletero y los pantalones y me metí a la cama.

21 abr 2011

Límites de Cromwell


Todo ser se debate entre su instinto de supervivencia, y su instinto de autodestrucción. El secreto está en el equilibrio. Nunca fui bueno con los secretos. Yo soy un cabronazo, mejor búscate un Siffredi. Siempre nos atrae aquello que en el fondo sabemos solo nos puede hacer daño. Como los sueños.

18 abr 2011

On The Road


Supongo que buscando algo que no me haga mirar fijamente la mesa el domingo por la mañana y plantearme si sería mejor estar muerto. Pensaba que era por tener el corazón vacío pero ahora lo tengo lleno y tampoco era eso. Quizás hay gente que nace maldita y punto. Hablan de dejarlo como si existiese una posibilidad. Yo ya solo me rio amargamente y cabeceo. Siempre hay que seguir en el camino y al final hallaré algo que realmente me sacie esta sed. Y si no, que se jodan, jamás podrán decir que no lo intenté.

15 abr 2011

Prosa Virulenta


Nunca fui poeta, lo mío siempre ha sido la prosa violenta. Y lo de que rime o no, mera coincidencia. Que ya lo dijo aquel parselito en crudo: “La peña piensa que soy feliz si supieran cuanto fockin sufro”. Hipnóticos y alcohol, mala combinación. O muy buena, según se mire. No logro reconciliar lo que me mostrabas con lo que ahora veo. Ni me encajo con mi visión del mundo. ¿Dónde estabas tú entonces? Con tu boca en otra polla. Que ahora el amor me da caviar para que voy a querer tu sopa de sobre. Con la cabeza gacha y lleno de náuseas vuelvo a casa entre los baches y los ruidos mundanos. Salir tarde, volver pronto. Somos uno puta, aún no lo entiendes. Somos muchos y muy distintos pero solo somos uno. Flaco favor. Ahora todos van de tristes. Échale un vistazo a mis temas, no saben de soledad. Pero ya no. Ahora es yo y mi yo y mi ella. No entienden esta mierda hermano, te lo juro. La leen y me abrazan y me comentan y hacen de futurólogos conmigo pero que va, no la entienden. Y por eso saben que es algo grande. Algo jodidamente enorme. Porque no la entienden.

-¿Qué es el arte? Prostitución
Charles Baudelaire

10 abr 2011

Ladrona.


Debía ser muy buena carterista, porque cuando nos topamos por el parque y levanté los ojos para mirar los suyos color chocolate con miel ni siquiera me di cuenta de que me había robado el corazón.

S.B.

6 abr 2011

Voto.


Voto porque los días de ahora en adelante tengan 36 horas. Voto porque distancia no sea más que una palabra vacía. Voto por la legalización del pensamiento independiente. Voto porque la playa del conde vuelva a ser la playa del conde. Voto porque en el cole sea obligatoria la asignatura de pensar para sacar conclusiones propias*. Voto por las novelas cortas, de bolsillo, en las que 200 páginas llenan más que 800 (jódete Thomas Mann nunca fuiste tan bueno). Voto por almorzar los domingos. Voto por reír hasta quedar deshidratado de tanto llorar. Voto por la palabra “buquera”. Voto porque los procesos de Núremberg sean extendidos a los procesos de Katyn, de Hiroshima y de Dresde. Voto por la cerveza bien fría. Voto por andar descalzo. Por mear la taza del váter con los párpados pegados a las 11 de la mañana con un dolor de cabeza atroz y por las duchas frías. Voto por los abrazos. Voto por los sus besos. Voto por quedarme el 22 de mayo en calzoncillos en el balcón de mi casa, mirando a los votantes pasar, y dejando caer algún globo de agua de cuando en cuando al azar. Solo por diversión. Voto por el triunfo del amor contra el miedo.

*El Chojin: "No nos cogeréis vivos"

30 mar 2011

Effort.


Abrió los ojos y distinguió la silueta del hombre, caminando de un lado para otro.
-Aquí huele a muerto-dijo
El hombre se giró, sonriendo de una forma quizás un tanto exagerada.
-Eres tú-le dijo
Él fingió olerse.
-No, no creo-dijo-Creo que eres tú el que apesta como una mofeta muerta. Además, yo no estoy muerto.
-Aún-respondió el otro-Aunque primero vas a decirme todo lo que sabes.
-No pierdas el tiempo-dijo John Malonne-No lo consiguieron los rusos, no lo vas a conseguir tú. Más vale que dejes de perder el tiempo y me pegues un tiro directamente.
-Ya veremos-dijo el espía acercándose con un estilete en la mano izquierda.
Alguien gritó: “¡Corten!”. El director se coló en el plano rascándose la barbilla.
-No me convence-dijo- Sujeta el estilete con la mano derecha con la mano derecha mejor y probemos desde otro ángulo.
Thomas dejó de ser John Malonne y volvió a ser él mismo.
-¿Podríais desatarme?-preguntó-Necesito fumarme un cigarro
-Está bien-cedió el director-Mientras probaremos el nuevo plano.
Lo desataron. Tenía las muñecas algo entumecidas. Habían repetido la escena en la que el espía lo arrastraba a la silla y lo ataba como unas quince veces. El director quería un Oscar y quería que todo fuese perfecto. Él también quería un Oscar y lo vea posible así que no se quejó. Thomas abandonó el plató. Lo de no poder fumar dentro le parecía una putada. Encendió un cigarrillo sin filtro y se pasó la mano por la simulada calva. Desde luego los maquilladores eran de lo mejor del gremio. Mientras fumaba en silencio se le acercó una chica a pedirle fuego. La había visto antes, estaba haciendo un papel más que secundario, de poca monta. Thomas sacó su encendedor de plata de ley y le encendió el cigarrillo.
-¿Le puedo hacer una pregunta?-le dijo la chica observando su encendedor desaparecer. No esperó a la respuesta de Thomas-¿Cuánto está usted cobrando por el papel?
“Genial” pensó Thomas “Otra actriz resentida”
-Eso no se lo voy a decir señorita-respondió secamente
-¿Podría decirme al menos cuantos ceros tiene su nómina?
Thomas pensó durante unos segundos.
-Cinco-repuso
La “actriz” bufó.
-Usted gana con una película más del doble de lo que yo he invertido en escuelas de arte y dramatización.
-Querida, ¿le puedo dar un consejo?-Thomas tampoco espero la respuesta de la actriz-No malgaste su dinero ahí. Las clases las imparten actores fracasados que jamás llegaron a nada y los alumnos…en fin, ya ve usted donde llegan los alumnos.
La chica arrugó la nariz, ofendida. Thomas no esperó su respuesta.
-Yo he estado recogiendo colillas de la calle en Indiana y trabajando nueve horas al día en un campo de sandías. No intente usted darme clases de moralidad-le dijo arrojando el cigarrillo y aplastándolo con el tacón de sus zapatos-Hágame caso. Intentar equiparar al talento al trabajo y al esfuerzo es una inutilidad. Quizás usted ha nacido para ser vulgar, y soñar con ser una estrella lo único que le va a traer va a ser sufrimiento.
Se dio la vuelta y caminó hacia el plató.
-El cine también necesita actores secundarios como Mcdonalds necesita a quién limpia a las vacas. No lo olvide jamás.
Entró en el plató. A Thomas Rinfuerd no le tocaba los huevos nadie. Y menos aún una niñita de California que soñaba con ser actriz por haber visto un par de películas de Liz Taylor. Se dirigió a la silla silbando una canción de Alabama 3. Concretamente la estrofa esa que decía: “you’ve got to burn to shine”

And a blue moon on your eyes.

27 mar 2011

Sometimes


A veces la felicidad no es fiesta y drogas. Ni miles de ceros en el crédito. Ni siquiera oír como se murmura tu nombre en las calles. Ni palmadas en la espalda ni personas coreando tus frases. Ni siquiera un batido de chocolate. A veces no es más que un beso a oscuras bajo las sábanas.

21 mar 2011

Poesía de guerra


Poesía de guerra es la tercera referencia en solitario y la segunda de larga duración del MC Virus de la Torre Crew.

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AMOR Y CENIZAS

17 mar 2011

Axiomas


Hay quien opina que el amor verdadero es solo el primero, y que el resto no son más que axiomas de este. Meros remplazos, meras copias. Guiñoles si lo preferís, creados para enmascarar a alguien dentro de otro alguien y así jamás echarle de menos. Otros dicen que no es tanto así como que ese amor, esa sensación intangible la proyectamos sobre diferentes personas, pero sigue siendo la misma. Por lo tanto habría que pensar que solo cuando nace, con aquella persona que nos lo hace sentir por primera vez, es real. Y sí, es muy poético y muy bonito pero a mí me da pena. ¿Y si esa gente realmente no puede sentir más amor que el primero? ¿Y si solo se pueden enamorar una vez? Pues que putada. Y jamás superarlo. Yo, no soy de esos. A mi me gustaría enamorarme 52 veces al año. Cada semana de una mujer distinta. Y no tiene nada que ver con el sexo. Sexo me gustaría tener 365 días al año con 365 mujeres distintas. No. Hablo de amor real. 52 enamoramientos seguidos, sin dar tiempo ni a respirar. Cortarte una oreja el martes por amor y el lunes pensar que qué tonto fuiste, que debiste habérsela regalado a otra y pedirle que te la devuelva. Que nunca falte mujer a la que querer.

14 mar 2011

Show Must Go On


Ella se ha ido. Ella se ha ido y esta vez es cierto que es para siempre. Ella se ha ido y yo paso las noches bebiendo ron y llorando entre las piernas de alguna que otra groupie. Ya ni siquiera me la saco de la cabeza cuando estoy follando con otras. Ya no. Pero, el show debe continuar.

Salir el jueves de madrugada para llegar viernes por la mañana. Entrar al hotel. Comprobar que todo es una mierda y no han traído la mitad de cosas que pedimos. Rueda de prensa. Entrevista en perioquiducho de barrio. Ensayo. Comprobar que la mitad del equipo funciona mal o no funciona directamente. Solucionarlo. Ensayo. Comprobar que el técnico de sonido tiene la capacidad auditiva de una mierda. Drogas. Alcohol. Cena. Concierto. Drogas Alcohol. Dormir 4 horas en el hotel. Salir sábado por la mañana. Llegar sábado a medio día. Comer. Rueda de prensa. Entrevista en radio. Rafa va al hotel porque yo ni tengo tiempo. Ensayo. Comprobar que el técnico de iluminación quiere que muera deshidratado. Entrar a camerinos. Dormir en el sofá. Ver entrar a Enrique. Decirle que no puedo más. Que ni de coña puedo estar dos horas en el escenario. Necesito dormir. Enrique me da medio gramo de cocaína. Le digo que necesito dormir no cocaína. Me espeta que ya dormiré el lunes. Le digo que lo dudo porque martes tenemos que estar en la Fnac de Albacete. Me planta una raya delante. A ver quién es el guapo que dice que no teniendo que estar en cuarenta minutos dándolo todo ante un par de centenar de desconocidos. El show debe continuar.

Ella se ha ido. Y esta vez es cierto que es para siempre. Se ha hartado de no verme nunca. De mis cambios de humor. De mis escarceos con las drogas. De mis giras. De mis canciones. De pensar en todas esas putas que quieren un poco de lo que tengo en la entrepierna porque simplemente les gusta como escribo. Se ha hartado de escuchar que eso no significa nada y de que solo me importa ella. Ella se ha ido y yo miro fijamente el cuchillo. Pero lo aparto a un lado, el show debe continuar.

Me dijo: “Estás falto de amor”. Pero ella también me ha acabado dando de lado. Y ya no queda nada. Nada salvo el show. Así que agarro el micrófono y me dispongo a dar el concierto. A echarme cubatas por encima y dar patadas al escenario. A gritar al público. Y quizás a echar un polvo, fumarme un porro o una plata, lo que se ponga por delante y dormir con la esperanza de que no me despierte de madrugada para ir a yo que sé que puta mierda de ciudad. Pero no va a ser así. Porque el show debe continuar.

7 mar 2011

Princesa de barrio


El tacón de aguja se queda enganchado en uno de los muchos baldosines rotos de la acera de la calle y casi caigo al suelo tambaleando. Son las seis de la mañana y me voy a casa. Estoy un poco harta de toda esta mierda. Mis amigas siguen en la discoteca pero yo voy a casa a dormir. Para estar a quince de agosto y para estar viendo el sol salir prácticamente hace un frío de narices. Tengo los pezones duros como diamante. Atravieso la Renault y sigo andando haciendo caso omiso de los comentarios a mi paso. Ya no puede una ni pasear tranquila. Todos esos ciclados de mierda no entienden que no podrían darme con el rabo un tercio de lo que me transmite mi novio con una mirada de reojo. Escupo al suelo e intento seguir andando con dignidad. O con toda la dignidad que puede andar una con media botella de ron en el cuerpo más dos cubatas de la consumición. Paso de todos ellos. Ya estoy lejos de toda esa mierda. Sé que lo he dicho muchas veces pero ahora me lo juro. No vuelvo a salir sin una navaja en el bolso. Y la próxima vez que un baboso de mierda me ofrezca medio gramo por chuparle la polla le corto los cojones. Así fijo que aprende a respetar a las mujeres. Estos no saben con quién se las gastan.

27 feb 2011

MadFuriousKid

Preguntan si es posible escribir en paz y yo respondo que si sería posible no hacerlo. Nunca fui poeta, es cierto, y si decidí fingir serlo fue por amor. Pero no a algo terrenal. Algo mucho más profundo e impío. Soy de esos que escucha voces tormentosas por las noches. Y no fumo. Pero bebo, como, siento, rio, escribo. Y os jodéis. Como el viento y el verano. Si yo flu lo tu conlu. Y sigo tocando los huevos y sintiéndolo en el estómago. Sigo partiéndome el culo en el banco de un parque, sigo pegando patadas a todo cuando voy borracho y sigo gritándoos a la cara en vuestro espejo lo que sois justo antes de que os acostéis a dormir. Mordiéndome hasta los dientes. Con las pelotas hinchadas de echarle dos. Y comiendo fresa-dulcepica de sus labios.

21 feb 2011

Bendecida 2


Los huecos de mis huesos
voy a rellenar
con tus besos

Las heridas de mi alma
voy a tapar
con tu salvia

Arrancar tus pulmones
y poner los míos en su lugar

Arrancarme la aorta
y coserla en tu cuello

Para respirar dentro de ti
Para latir dentro de ti

Besarte un ojo
Morderte una oreja
Lamerte el ombligo

Voy a encerrar mi corazón entre tus huesos.

14 feb 2011

La culpa es de Hollywood


La repetitiva música seguía sonando. Tomás volvía de pelearse con el DJ. Estaba cobrando una puta mierda pero pon a un idiota en una cabina y dale un par de cascos y se creerá David Guetta. Vamos que no conocer a Angerfist. Menudo idiota, seguro que era el sobrino de alguien, o peor, se estaba follando a la sobrina de alguien. Rechazó la decimoquinta pastilla de la noche. Las drogas eran como las promociones de los operadores telefónicos. Estaban por todas partes y cada una prometía ser mejor que la anterior pero al final todas decepcionaban. Sí, algunas estaban bien pero ninguna era la puta hostia. La culpa era del cine, la música y la literatura. La tendencia a exagerar que tienen los artistas. Prometen un flash en tu cerebro, un fogonazo y acaba siendo una bombilla de 60W. Como el éxtasis. “La droga del amor” no era más que “la droga del sexo”. Tomás no necesitaba gastarse 5 € la dosis en nada que le pusiese cachondo, eso podía hacerlo él solito. Estaba un poco asqueado así que decidió irse a la puerta a echar un cigarrillo.

La repetitiva música seguía sonando. Marta volvió a rechazar al decimoquinto idiota de la noche. Ahora sabía lo que debía sentir un perro en la perrera. Por lo menos no era un perro. Es decir, nadie preguntaba al pobre perro si le parecía bien su dueño. Ella al menos podía elegir con quién irse a casa esa noche. Los penes eran como los anuncios de coches. Todos prometían ser mejor que el anterior y acababan siendo un orgasmo decente en la parte trasera de un coche, un beso de buenas noches y un móvil que no suena. La culpa era del cine, la música y la literatura. Prometían el amor como una sensación que te arranca el alma y te hace gritar y acababa siendo un cosquilleo en el estómago. Como la marihuana. Pasó su época de fumar casi todos los días en la universidad. Pero Marta no necesitaba gastarse 5 € el gramo en quedarse aplanada en el sofá. Una sesión de gimnasio conseguía lo mismo. O un buen polvo. De todas formas no necesitaba a un maromo de metro ochenta y gafas de sol para satisfacerse, eso podía hacerlo ella solita. Estaba un poco harta de las miradas a sus tetas así que decidió irse a la puerta a fumar.

La chica le pidió fuego. Le gustó. Tenía unos ojos penetrantes y un escote aún más profundo. Tomás apostaba a que era lo más profundo que tenía. Pensó en preguntarle por el último libro que había leído pero llevaba dos semanas sin echar un polvo y le gustaría hacerlo esa noche así que prefirió hablarle de música. La chica tampoco tenía puta la idea pero Tomás fingió escuchar y asintió con la cabeza mientras pensaba en aquella frase. La chica le preguntó si le apetecía una raya y en realidad a Tomás no le apetecía nada. Seguro que la chica tenía cocaína de 40 % de pureza. De la que luego te hace levantarte con ganas de ahorcarte en el lavabo. Pero le mintió y le dijo que sí. Al fin y al cabo en eso se basan las relaciones humanas; en mentir y en ceder a favor del otro para conseguir algo a cambio. Eyacular entre ese buen par de tetas le parecía una buena razón para mentir esa noche así que asintió pensando en el daño que hacían Hollywood, Bécquer y Joy Division.

El chico era guapo. No al estilo usual. Pero tenía algo que le atraía. Su manera de hablar, haciendo muchos gestos con las manos. Y su mirada. La miraba pero Marta notaba que miraba a través de ella. Harto de ese ritual de discoteca. Y allí estaba, hablando con aquella rubia con pinta de chuparla por medio gramo sin siquiera plantearse cuestiones éticas. Pensó en interceder en la conversación y preguntarle al tío por Thomas Mann, seguro que eso haría que le diese la patada en el culo a la rubia. Sí, podían pasar toda la noche hablando, luego ir a su casa y conocerse mejor. Quizás era él a quién estaba buscando. O quizás no pero en cualquier caso Marta estaba harta de dormir sola y esa noche se iba a ir acompañada a casa. Vaya que sí. El chico guapo se marchó con la rubia tonta y Marta se quedó mirando. “Bah” pensó. Arrojó el cigarrillo que ya le quemaba los dedos y entró a la discoteca dispuesta a dejarse invitar a un cubata por el tipo más fuerte que viese pensando en el daño que hacían Hollywood, Benedetti y Joaquín Sabina.

13 feb 2011

Oda al zurridor

El zurridor latiguero le llamaban
calma traía al alma
y llamas a la cama
de una rusa, su única amada
A veces se le veía con un vasco al lado
duro como la coraza de un armiño
que como hermano le cogió cariño
a pesar de que opinaba de Kurt cosas como sobrevalorado
Fuente Librilla se llamaba su pueblo
allí iban todos en mula
pero todos en una, como en Fuenteovejuna
pero aún así él era un maestro en el uso del vocablo
Se traía cierto aire a Pete Doherty
con su semblante era the best cual Ramón García
con él uno se sorprendía todos los días
y se reía más que con Alex o’ Dogherty
Es por eso que cantamos con fervor su canción
y yo, como humilde seguidor sigo sus pasos
y en los bares se oye el estruendo de los vasos
al brindar y gritar: ¡¡VIVA, VIVA EL ZURRIDOR!!

Y si no os gusta...me la coméis.

3 feb 2011

Jekyll&Hyde


Y claro que hay inconvenientes coño. Todo tiene sus inconvenientes. Por ejemplo esos momentos en que tienes que sacudir la cabeza bien fuerte, parpadear unas cuantas veces, mirarte fijamente a los ojos y pensar: "Joder, sigue siendo real". O martirizarme pensando que llevo tanto tiempo buscando la mitad de lo que tu me das en cosas diez veces más peligrosas, cuatro veces más mortales y el doble de caras.

31 ene 2011

Elevattoing


El viejo truco. Te metes al ascensor y pulsas el 12. Esperas a que se cierren las puertas y te bajas los pantalones hasta las rodillas. Si alguien llama al ascensor (lo cual es bastante improbable porque es un sábado a las seis de la mañana) probablemente lo hará desde el 0 y tendrás 12 pisos para vestirte tranquilamente pulsar por ejemplo el 4, bajarte, esconderte en el rellano y esperar a que el ascensor vuelva a estar disponible. Ella se ríe y no me deja quitarle la camiseta. Dice que hace frío. Se me caen un montón de monedas del bolsillo pero a quién le importa. Ventajas de ser pobre, el dinero es secundario. De todos modos probablemente no tenga más de un euro. El espejo del ascensor se empaña y pienso que estamos haciendo demasiado ruido. Pero también voy demasiado borracho así que me importa más bien poco. Estoy sudando como un maldito cerdo con todo este alcohol en el cuerpo. Ella se tambalea cuando intentamos cambiar de posición y se cae al suelo riendo. La ayudo a levantarse y seguimos. Cuando terminamos ella firma con carmín nuestros nombres en el espejo del ascensor mientras yo arrojo el condón por el tragaluz y meo en las macetas de algún vecino. Salimos a la calle y me pasa un cigarrillo medio aplastado. Pienso en que me gustaría fumarme un buen porro de costo barato, apaleado, antes de dormir. Después la miro, la beso entre los ojos y pienso que qué demonios. Hay drogas mejores en este mundo.

23 ene 2011

Y que no


Y que no y que no y que no. Que no ser el tirano no es ser el flan. Y que entre no elegir la vida y elegir un curro aburrido, casarte, tener hijos y simplemente “ir tirando” hay una diferencia abismal. Y que si sois blancos y negros yo soy el gris. Y que les jodan al optimista y al pesimista. Que el vaso no está ni medio vacío ni medio lleno, está a mitad. Y punto. No importa como tú lo veas porque el vaso está a mitad, y también puedes ver a las vacas de color amarillo pero son como son y no importa como las veas. Y que no. Que no me rindo. Y que si me caigo me soplo el polvo de las heridas y me levanto y sigo corriendo. Y que Jekyll no sabía besar como tú lo haces. A mí no me engañas.

16 ene 2011

Just can't get enough



(...)
-A mí me da pena-dijo llenándome la almohada de ceniza de cigarrillo. No se disculpó. Solo la sopló lejos.

-¿Pena?-pregunté mientras me encogía desnudo y helado bajo las sábanas

-Sí

-¿Porqué?-le dije mientras cogía un mechón de su pelo y lo agarraba entre el labio superior y la nariz.

-Porque es demasiado bueno como para no fracasar estrepitosamente en todo lo que se proponga-dijo mientras hacía círculos con el dedo índice en mi pecho

Me reí. Tenía razón.

-Me gustas-le dije- Y tus codos aún más

Y le mordí uno. Ella me llamó imbécil por vigésimo tercera vez en tres días.

-No-le dije agarrándole los mofletes- Me gustas porque puedo decírtelo a la cara. Sin pensar si es pronto o ninguna mierda. Contigo siempre me he sentido así. Seguro.

-Mientes-dijo ella- Solo dices que te gusto porque sabes que eso nos agrada a las mujeres

-No, a todas no-dije quitandole el cigarrillo- He conocido gente muy rara.

-Tu siempre conoces gente rara. Eso es porque eres raro-dijo besándome un párpado- ¿En qué quedamos? ¿Lo has dejado o no?

-He dejado de ser un adicto-dije mientras echaba el humo al techo. Y viendo su mirada añadí-Sí, que te voy a sablear

Ella me mordió el cuello y se me puso encima desafiante como una luchadora de Vale Tudo. Arrojé el cigarro y le dije:

-Además. ¿Para qué te iba a mentir? Ya te tengo en mi cama.

Y pensé que era tan increíble que tenía que aprovecharlo por si en algún momento despertaba sin más. Así que me abalancé sobre ella.

13 ene 2011

John Crawford Walker


Rascó la cerilla en el canto de su escritorio y encendió el cigarrillo. El fuerte y penetrante olor a tabaco negro barato impregnó la habitación con más intensidad. En cualquier caso el olor jamás parecía abandonarla del todo pese a los intentos de su secretaria. Cogió el whiskey y llenó una copa hasta la mitad, la alcanzó a su antiguo amigo sentado al otro lado de la mesa. Llevaba años sin tener la más mínima noticia de él. De hecho, llevaba años sin tener la más mínima noticia de casi nadie de los viejos tiempos. No le parecía mal, la vida cambia. Pero sobre todo la gente. La gente sí que cambia.

-Gracias Walker-dijo Shepherd. Aún le llamaba Walker. Hacía mucho que nadie le llamaba así. El mote había nacido a raíz de que se llamaba John y le gustaba abusar del whiskey. Shepherd bebió un trago en silencio. Los ojos de Shepherd recorrieron el despacho de Johnny. La mayoría de detectives privados de la zona tenían un despacho lúgubre y oscuro, sacado directamente de un libro de tópicos. John no. En las paredes había colgado recortes de artículos de periódico, incluso un poster de Bob Dylan. Y además, tenía secretaria. Le iba bien y no creía que tuviese que negarlo. Se preguntó qué había traído a Shepherd hasta allí, si no recordaba mal ahora vivía en Philadelphia. Probablemente quería pruebas de que su mujer le engañaba y esperaba que el viejo Johnnie se lo hiciese por el mínimo. Iba listo. John Crawford no hacía descuentos ni a su señora madre, Dios la tuviese en la gloria que jamás gozó en vida. Se echó hacia atrás el pelo grasiento y engominado con la mano del cigarrillo y tratando de parecer cordial preguntó:

-¿Y bien?

Shepherd se llevó el vaso a la boca y bebió un largo trago. Le dirigió una mirada profunda, estudiándole. Años atrás bromeaban con el hecho de que Shepherd podía leer el alma de la gente a través de su expresión. John rezó porque no fuese cierto.

-Te vi en la tele-contestó Shepherd. Y sacó un paquete de Marlboro de un bolsillo de la chaqueta. Después lo encendió con un gran encendedor de plata.

John se acordaba. Los medios le habían abordado y filmado mientras salía de la escena de un crimen muy importante.

-¿Salí guapo?-preguntó Johnny socarronamente mientras apagaba el cigarrillo en el cenicero de la mesa. Se estaba hartando de jugar.

-Se han cargado a Mike-dijo Shepherd de repente-Degollado en su propia cama.


Podéis leer el resto pinchando:

aquí

Espero que os guste mis pequeños monstruitos :)