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28 jun 2009

Maradentro


Estoy sobre el acantilado. Me tiro contra las rocas. Se clavan en mi piel, profundamente. Se clavan como los besos de alguien que no existe. Ya no. Me levanto con una punta de roca clavada entre dos costillas. Parece una estalactita. O una estalagmita. No se cuales salen del suelo. Ni me importa. Dejo la roca clavada dentro de mí. Siempre preferí los besos largos, los besos larguisimos, apoyado contra ella en la pared de la boquera, fueron horas y horas de besos, solo besos. Y ahora hace más de un año que no la veo. Tampoco me importa. C’est la vie. Sad but true. Y toda esa mierda que suelo pensar. Pero ya por fin me voy a librar de eso. Por fin voy a dejar de pensar. Tras de mi toca una orquesta. No es una canción triste. Es una canción de adiós, no de hasta luego. Pero no es triste. Es mi canción. Mi adiós. Sonrío. Me descalzo y me desnudo. El aire frío me eriza el vello y me endurece los pezones. Mis testículos se contraen y arrugan para mantener el calor y la funcionalidad. Pero no hace demasiado frío en realidad. Lo justo para erizarme, pero no es un frío desagradable. El tacto de la arena a mis pies es fantástico. Casi me parece notar la arena aquí entre los dedos de mis pies embutidos en mis calcetines mientras escribo encorvado sobre el escritorio. Cierro los ojos y vuelvo a la playa. Camino por la arena, hacia el mar. Las olas empiezan a golpearme en los pies. El mar ruge embravecido. Es oscuro, las olas rompen contra las rocas arrojando espuma blanca por todas partes. Nubes negras tapan el sol. Pero en cuanto la primera ola roza la punta de mis dedos el mar se calma. Ahora parece un lago, o un estanque. El agua esta clara y tranquila. Ni siquiera hay olas. Supongo que las hay, al fin y al cabo es el mar, pero me refiero es que son imperceptibles. Me adentro poco a poco en el agua, esta agradablemente fría. Corro hacia dentro pesadamente, notando como se aparta hacia los lados de esa manera que tiene el agua de apartarse. Riendo, como un niño. Cuando el agua me llega a los hombros me detengo pensando que debería llorar. Una lagrimita a lo mejor. Pero no quiero forzarme y que sea fingida y no tengo verdaderas ganas de llorar. Estoy feliz. Nado un poco hacia adentro y me capuzo. Muevo la cabeza bajo el agua. Cuando salgo el pelo me cae sobre la cara, chorreando. Nado hacia dentro al menos dos o tres minutos más. Solo han sido unos minutos pero no veo la orilla. Y no estoy nada cansado. Me relajo y hago el muerto para flotar sobre el agua. Cierro los ojos. Puedo oír la orquesta desde la orilla. Están tocando “Maradentro”. Cuando el vocalista canta: “Y nadar mar adentro…y no querer salir” sonrío y abro los ojos. El cielo esta oscureciendo otra vez. Una lagrima, una pequeña y perfecta lágrima resbala por mi ojo izquierdo. Mi contribución al océano. Una gota más de las miles de billones que forman el mar. Las lágrimas también son saladas, como el agua del mar. Quizás cada uno de nosotros solo somos una lágrima en el mar. Y el mar esta hecho de lágrimas. De personas. De vidas saladas. Debería escribir eso. Ahora ya es tarde. Sonrío. De todas formas lo habría leído poca gente. La canción termina y empiezo a hundirme. Primero los pies, luego las pantorrillas. Voy observando como voy hundiéndome en el mar. La expresión de mi rostro es neutra. Ya solo quedan fuera del mar mi pecho y mi cara. Ahora solo mis ojos. Miro al cielo por última vez y sonrío. Mi ultimo pensamiento es: “El mar, el mar y no pensar en nada” Y entonces me hundo.

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.
Para mi pobre cuerpo dolorido
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada…
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar en nada!...


Manuel Machado

23 jun 2009

11 M


Hay una luna en el fondo del lago
Puedo estirar el brazo pero no tocarlo
Hay una luna en el fondo del lago
¿Acaso para llegar debo drenarlo?

Puntitos de luz rondan mi cabeza. Parecen pepitas de sandía. Pepitas de sandía al fondo del río. Me hablan del lago. Sé que debo tocarlo. No sé el porqué. Solo sé que debo tocarlo. Huele a incieso y a iglesia. Escupo el dolor bien fuerte, por las orejas. Estoy sudando y no es de frío ¿Es eso sangre? Soy yo el que aulla en la oscuridad, desnudo bajo la lluvia ácida. Es mi resurrección. Oh oh. Tan tan. Insert Coin. Game Over.

Yo
No
Puedo
Estar
Sin


Ni yo sin él. Como pedacitos de cielo, se enredan entre mis dedos como cabellos. Trozos de vísceras en el arcén. No puedo recojerlas todas y llevarlas a casa. ¿O sí? Mamá se pondrá muy contenta. Alguien llora sangre. Llueven cenizas. Grito al cielo que me lleve. Dios está de vacaciones. Huelo a azufre. No me dejan pasar el lago. No tengo moneda. Me estiro más. La luna de el fondo de el lago me mira. Ahora estoy seguro de que en realidad huele a carne asada.


Perritos calientes. Hechos con carne de mi vientre. No encuentro los dientes. ¿Te arrepientes?
Es tarde, no tienes ojos para llorar por mí, madre.

Deflagración. Como una granada. La luna de el fondo del lago se acerca. Tiene dientes. Me mira. No tengo los ojos abiertos pero me mira. ¿Porqué el cielo no me lleva? Oigo sirenas. Son los arcangeles. Vienen a llevarme al paraíso. Oigo a una mujer que llora. ¿Será ella? Estaba a mi lado. Justo a mi lado. Lo recuerdo. Era guapa. Ya no lo es. Ni lo será. Ni yo. La luna del lago se acerca cada vez más. Extiendo las manos. Si no iré al cielo por lo menos que me engulla de una vez.

1 2 3 vigila tus pies 1 2 3 con la cara del revés 1 2 3 si quieres volver, tira otra vez

Cae un dado. Rebota. Y vuelve a rebotar. Y vuelve a rebotar. Un 2. Game Over. No credits

20 jun 2009

Serial Killer


Mana leche. Mana leche de su vientre. Mi cuchillo ordeña con precisión milimetrica, con pasión enferma. Me pongo su cara. Me pongo su cara y me disfrazo de ser humano. La sangre sigue manando de su vientre, la herida sigue abierta. Y así seguirá para siempre. Nunca más volverá a reir. A llorar. Nunca más podrá fumarse un cigarrillo después de tener un orgasmo. Echarse betadine en una herida en la rodilla. Alborotar el pelo de su hijo al recibir sus notas. Tantas cosas que ya no podrá hacer. Extiendo los brazos. Y tantas sensaciones que experimento yo ahora. La miro exhausto, presa del extasis que me agota. Sigue siendo guapa. No en un sentido estetico. No creo en la belleza estetica. Sigue siendo guapa porque sigue almacenando restos de la vida que un día tuvo. De la vida que ahora me pertenece. Me lavo las manos en sangre y me persino con ella. Soy esa sombra. Esa sombra que os asusta en los callejones cuando volveís de madrugada a casa. Ese rumor, ese ruido que oís, pero miraís alrededor y creís que estaís paranoicos. Que habeís leido demasiada literatura barata. Demasiado cine de zombies. Que no habeis oido nada. Soy esa fuerza a la que suplicais que os deje en paz cuando todo os va mal y creeís que alguien conspira contra vosotros. Soy el mal. Soy esa sensación de que estaís solos, desamparados, de que Dios no existe cuando miraís fijamente el telediario y contemplais el verdadero mundo. Y os sigo de cerca. Os sigo de cerca y no me veís. Porque no soy nadie. Porque hoy en día cualquiera puede ser cualquiera. Me lavaré el rostro y me pondré el traje, y caminaré a vuestro lado. Y jamás sabreís que oculto un cuchillo en el maletín, esperando a que os sumerjais en cualquier calle oscura.

17 jun 2009

Rape Me



Grítame al oído que no te hago falta, que no me necesitas. Arañame la espalda, muerdeme el pecho. Modélame a tu gusto en forma de cincel incendiario, estoy cansado de ser barro. Maltrátame. Llevame a jardines prhibidos donde aún exista el pecado, y cometamoslos todos. Aprieta mi yugo, ponme la capucha, llévame a la hoguera. Hazme arder. Que los buitres acaben con mis despojos. Sácame los ojos. Para que no pueda ver. Aráme de pies y manos para que no me escape. Déjame tirado en cualquier contenedor lamiendo mis propias heridas. Ven a verme los días alternos y los fines de semana. Visitame en mi desgracia y ayudame a vestirme de ser humano. Acércate. para que te grite al oído que no me haces falta, que no te necesito. Que no te amo. Acércate para que pueda mentirte al oído, mi dulce condena.

12 jun 2009

Sick Boy


Pájaros, hablo de pájaros.No unos bonitos pájaros pío pío como ls que cantan ahí fuera, anunciando que el sol sale otra vez mas en esta puta ciudad. Maldita su costumbre. No falta un dia a su trabajo. Yo estoy enfermo. Sick. Sick Boy. En algún lugar del suelo un vómito se reseca, impregnando la habitación con ese olor característico y repugnante. En algún lugar del inter espacio mi alma llora. NO le hago caso y agarro la botella a tientas, alzando el brazo por detrás de mi cabeza. Doy un generoso trago al whiskey, empinandome la botella con la mano izquierda, levantandome la cabeza con la mano derecha obligandome a tragar. Me arde el cuerpo. Me arde el alcohol. Me gustaría ser una bola de fuego y simplemente consumirme. De un fogonazo. Zas. No sé si sigo vivo. Probablemente si. El dolor me dice que si, que lo más probable es que siga vivo, o al menos parte de mí. O quizás estoy muerto y todo esto es un purgatorio. No lo sé. A quién le importa. Escupo mis propias cenizas entre estertores y pido otro trago. Mi alma por otro trago. Mis ruegos son concedidos y vuelvo a encontrar la botella cuando alzo el brazo. LA agito ante mis ojos victorioso. Aquí está. Mi trago. Mi alma que se reuna con Dios. Yo iré un poco más tarde.

10 jun 2009

...Y un destino



Soy impermeable al llanto y planto versos que crecen frescos como besos en el mar sueño que sueño en olvidar que ella no me volverá a amar
Es otro dia mas y espero espero y espero. Espero espero espero pero nada ocurre de nuevo sólo yo, al fondo de este abismo
Obstinado en comprender que me arrojó a este agujero donde no encuentro al cordero misericordioso de su fruto como rezan
Como rezan, como razón tengo un punzón y marco en mi brazo cada ocaso para no perder la cabeza. En esta prisión de carne y hueso.
En esta prisión mi vida pasa sin miramientos, dejandome sin aliento a cada paso, a cada beso, a cada vaso, que consumo como preso.
Como preso de una droga que no incumbe a quien no afecta, infecta mi carne y se abre paso por mi pecho para infectar mis organos blandos
Blandos como los labios que la contagian, es magia dicen, no lo creo, porque quema como fuego? Acaso es fruto del arte de un hechicero?
Es fruto del arte de un arquero? Es Cúpido un estúpido o un sádico? Pido otro whiskey y olvido que existo, que la amo
Destilo palabras como el alcohol, para enloquecer, para beber, para llegar al sol y arder para no volver a verla, corro un velo y velo por mi salvación
Mi salvación es dudosa, tanto al menos, tanto memos, como ella es hermosa. ¿No la veís? Es una diosa. Pero no la veís, la esquivais.
¿La esquivais o no os fijais en ella? No importa...es tan bella. Ella y solo ella. Pero la destrozais. La violasteis. Echastais cada pedazo frágil de su alma a los perros.
Y ahora ella llora. No me mira. No me ama. Dice que se encuentra sola. Que nadie la mima. Que nadie la llama. Que solo la buscan cuando desean dinero y fama.
Malditos bastardos. Arrojasteis los dados y no contentos con el resultado prendisteis fuego al casino, olvidasteis las reglas, olvidasteis vuestro destino.
Olvidasteis vuestro destino. Ser polvo. Y ahora solo sois un estorbo. Os odio. Casi rajo el folio al pensaros, al imaginaros regodeandoros, engordando.
Me dais pena y asco. Una triste mezcla, como un bastardo. Soy un dardo. Lleno de Veneno. Al menos. Al menos eso me dijeron. No se quienes son ellos
¿Quienes son ellos? ¿Que me hacen en mi mente? Es urgente. Transmitid el mensaje. Ellos solo buscan vestir de traje. Opulencia. Dinero. Viajes
¡Viajes a la neurisma misma de la estupidez es lo único que hacen pardiez! Solo la contaminan. Minan su espiritu y su núcleo. Su existencia misma.
En un bucle sin sentido que acabará por destruirla. Son un virus. Yo soy el último de una raza extinta. De una raza distinta. Y vengo a por ellos.
Vengo a por ellos con sus mismas armas. Seré el Virus que derrote al virus ingrato y putrefactor de almas. Acabaré con los contaminantes.
Acabaré con sus disfraces de cantantes con mis llamas. Y volverá la música. Me volvera a amar para siempre jamás.
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Pd:Teneís que oirla leida con música, crema. Si, la imagen es rídicula pero me parecía graciosa

8 jun 2009

Porn pt.2




-¿Quieres más?
-Sí-gimió ella

Y se la introdujo hasta el fondo de un solo empujón. "Hoy te la meto hasta el mismo corazón" pensó sonriendo. Realmente ella estaba muy excitada si había entrado de una sola vez. Comenzó a penetrarla hasta el fondo, empujando al máximo. Ella giró la cabeza para mirarle. Sus ojos eran el reflejo inciendario de la pura pasión desenfrenada. Sus cuerpos la unión terrenal de almas, de la carne y el verbo. Como muñecos de una tarta en el centro de la hoguera, dos muñecos, una sola masa informe, una sola ceniza. Llevaban el ritmo preestablecido por alguna fuerza instintiva desconocida. La coordinación era absoluta mientras él la penetraba una y otra vez. Hasta sus fluidos fluían a la vez, mezclandose en uno solo. Aumentó la fuerza de sus embestidas y sus testiculos chocaban con la pelvis de ella con un sonido rítmico. Ella gimió más fuerte, de manera casi ronca, antes de empezar a susurrar: "Si,si". Él la pegó más contra la pared y le empujó la base de la espalda con la mano. Ella entendió enseguida que es lo que quería y se recostó más sobre la pared, pegando tambien el pecho y doblando hacia fuera la parte inferior de su cuerpo, él la agarró por los pechos y empezó a penetrarla más rapido. Ella comenzó a gemir demasiado fuertemente, demasiado, él separó una mano de sus pechos y le tapó la boca. Eso le excitó aún más. Escuchaba los grititos de ella amortiguados por su mano, sentía las ondas vocales en la palma. Estaba tan excitado...el amor por lo prohibido, por lo decadente, lo insano...lo que estaba mal. Eso siempre habia sido su mayor adicción. Paró unos segundos y se quitó la camiseta, el sudor empezaba a caerle por el pecho y sentía los gemelos y el cuadriceps como rocas. Los músculos en tensión. Los testiculos contraidos para guardar el calor. Los vasos sanguíneos de su pene a punto de explotar de la cantidad de sangre almacenada para facilitar la erección. Pero sobre todo olía a sexo. Eso es lo que más le gustaba. El olor a flujo vaginal mezclandose con el olor a semen y a sudor. Los grititos. La oscuridad del cobertizo de la piscina. La pólemica bolsa de hielos en el suelo. Y pensó que tenía que ser ya. Debía apurar lo que quedaba de su sed de sexo de un solo trago o sería demasiado sospechoso. Cerró los ojos e imaginó que el cuerpo que podía tocar con las manos era el de Angelina Jolie. Años y años de experiencia sobre sexo le habían obligado a perfeccionar este truco, sobre todo para usarlo a la inversa. Había que tener buen gusto, uno no podía esperar satisfacer a una mujer que tarda en llegar al orgasmo cuando esta a punto de correrse pensando en Carmen de Mairena. Solía suceder un colapso que acababa en gatillazo total. Y la consiguiente humillación. Pero ahora, en ese momento, él lo que deseaba era descargar ya el fruto de la vida y la muerte. El truco dió resultado a los pocos minutos. Un escueto: "Me voy" bastó para anunciar a la chica que por ese día no habría más sexo salvaje y prohibido. Sacó el pene de su vagina y se masturbó un poco. No tardó en ocurrir. Cerró los ojos y disfrutó el momento. Cuando los abrió la blanca esperma resbalaba por la espina dorsal. Como en la Chispa Adecuada. Suspiró y se visitió en silencio. Ella se limpió y se arregló un poco el pelo. Cogieron la bolsa de hielos y se encaminaron hacia dentro de la casa. Al llegar al salón sus amigos les esperaban.

-¿Porque habeís tardado tanto?-preguntó Juan
-No veas que ruta turística hemos tenido que hacer por las gasolineras-dijo él mientras se sentaba-La de aquí al lado no tenía hielo

Ella se sentó al lado de Lucas y se besaron

-¿No habreís hecho nada malo no?-preguntó Lucas entre risas
-Me la he follado-dijo él-¿No te importa, no?

Se rieron a carcajadas. Ese era uno de los mejores momentos que traía consigo el follarse a la novia de uno de tus mejores amigos pensó sonriente mientras abría los hielos para su primer cubata de la noche.

3 jun 2009

Porn pt.1





Acarició suavemente su vientre con las yemas de los dedos, sintiendo erizarse el vello a su paso. Casi podía ver a través del tacto los minúsculos cabellos que solo percibía a contraluz, o con la mejilla pegada a su barriga. Ella gimió y dijo en voz muy bajita: “No, para, aquí no”. Pero su tono de voz no era convincente, casi había suplica en su gemido. Él deslizó los labios por su cuello y le mordió suavemente el lóbulo de la oreja izquierda. Ella volvió a gemir y se estremeció levemente, como alcanzada por un rayo. Él deslizó la mano derecha por la cara interna de su muslo derecho bajo su falda negra de vinilo, ella separó las piernas suavemente y pegó su espalda aún más al pecho de él, puso una mano detrás de la cabeza de él y le agarró fuertemente el cabello mientras levantaba la cabeza hacia arriba y la torcía hacia la derecha. Suspiró lenta y profundamente y buscó los labios de él. Él la besó suave y lentamente. Su mano izquierda seguía en su vientre, ascendiendo. Sus cuerpos se pegaron aún más. Él rozaba su entrepierna con el trasero de ella. Su erección era algo ya imposible de parar aunque quisiese. Y no quería. Cuanto más arriba deslizaba la mano derecha más podía sentir el calor que desprendía el sexo de ella. La mano izquierda encontró el sujetador. La besó con más fuerza, hundiendo la lengua en las profundidades de su boca que olía a champán. Levantó levemente la cadera para aumentar el contacto de su entrepierna en el trasero de ella. Agarró su pecho derecho con la mano izquierda mientras la derecha por fin encontraba la ropa interior de ella. Llevaba aquellas braguitas negras que a él tanto excitaban. Se las bajó hasta las rodillas. Ella abrió aún más las piernas. Sus lenguas volvieron a sus respectivos hogares y sus labios se separaron. Se miraron a los ojos mientras él ascendía suavemente de nuevo por su muslo. Las bocas entreabiertas, respirando entrecortadamente. Por un instante cesó de ascender y se miraron a los ojos. Únicamente. Todas sus fuerzas concentradas en el mero hecho de mirarse a los ojos. Como si pudiesen volcarse el uno encima del otro, como si pudiesen hacerse el amor, como si pudiesen fundirse en un mismo elemento tan solo con mirarse a los ojos. Y entonces, en un solo y rápido movimiento él alcanzó por fin su objetivo. Mientras seguía acariciando por encima sus pechos con la mano izquierda con la mano derecha buscó hasta localizar el clítoris de ella. Descubrió que estaba tan mojada que en realidad podría saltarse los preliminares, pero no, así era más morboso, le excitaba más. Acarició su clítoris con la yema del dedo índice con un movimiento circular. Ella gimió más fuerte. Con la mano izquierda levantó el sujetador y liberó sus pechos, que parecían a punto de explotar tras su wonderbrá. Sus pechos no eran excesivamente grandes, uno de ellos le cabia en la mano, pero eran duros y turgentes. Le encantaban sus pechos. Su tacto era tan suave… Sintió que las costuras de su pantalón iban a ceder en cualquier momento por la zona de la entrepierna. La bestia exigía libertad y amenazaba con romper las correas que la apresaban. Casi como si leyese sus pensamientos, la mano de ella se posó en el bulto en su pantalón. Le abrió la bragueta y le sacó el miembro apartando como pudo la tela de sus calzoncillos. Casi sintió más alivio que excitación. Casi. Su libido ardía. Abrió los labios de ella con los dedos índice y meñique. Introdujo con facilidad los dedos corazón y anular en su vagina. Estaba tan húmeda y caliente por dentro...Todo su cuerpo se sentía la lanza de Longinos, la espada de Conan. Todo él era una punta que buscaba penetrar en la carne. Todo él era su pene, su instinto sexual. Se echó hacia atrás separando la mano de su pecho y la otra de su vagina, también separó la de ella de su pene y la empujó hacia delante. Ella pegó la cara de lado a la pared y abrió las manos a ambos lados y las apoyó a la altura de los hombros. Echó hacia atras la parte inferior de su cuerpo y gimió más fuerte. "Hazlo ya" decía aquel gemido. Se agarró el pene y pasó la punta por los labios de ella, sin penetrar, solo sintiendo la unión de sexos, que no de cuerpos, y lubricando su glande. Ella gimió otra vez. Él tenía las mismas ganas pero le gustaba sentirse dominante. Y susurró:

-¿Quieres más?

Y vosotros, ¿quereís más?