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30 dic 2010

Da-me-la-lu-na


-Pero me tienes que prometer la luna-dijo ella mientras se dejaba caer en la almohada-Y me tienes que dar lo que merezco.
-¿Y qué mereces?
-Todo
-Yo te lo daré todo-dijo él-¿Me crees capaz?
-Sí-dijo ella y le pasó el cigarrillo-¿Y si te pidiera la Torre Eiffel?
-Dedicaría cada minuto de mi vida a construir un aparato para robarla
-¿Y si te pidiese tu alma?
-Puedes pedirme todo-dijo él-Excepto eso. Todo. Pero eso no.
-¿Y tu corazón?
-Ya es tuyo
-¿Y por qué no tú alma?
-Se te adelantaron cielo. Se te adelantaron.

http://sonrisaspsicoactivas.blogspot.com/

27 dic 2010

Sonrisas Psicoactivas

No sé si esto de ver tu nombre en el chat del tuenti cada dos minutos es por culpa de la droga, la esquizofrenia o eso que llaman amor; pero ya me está tocando los huevos.

24 dic 2010

Amor Químico (O Kit De Supervivencia)

...Y entonces simplemente llega un punto en el que a las 8: 30 de la mañana, teniendo que estar en pie en 4 horas te planteas si la mejor opción sería dormir o pillar speed. O cuando las únicas sonrisas que devoras te dilatan las pupilas pero solo te dejan un regusto amargo a amor químico.

21 dic 2010

El lado oscuro de Gandhi




-Sí pero antes era bastante diferente ¿sabes de lo que hablo?
-No, no tengo ni idea
-Pues que antes estaba SOLTERO, no estaba SOLO ¿comprendes? Era una opción. Salíamos todos a la discoteca y estábamos todos disponibles. Tenía su gracia, su emoción, el quién de nosotros va a ligar y tal.
-Cambia de amigos
-No tiene nada o poco que ver con eso…son los tiempos ¿sabes? Todo ha cambiado. Antes las amigas de la novia siempre eran para los amigos del novio. Y punto. Nadie discutía esas cosas. Ahora los amigos del novio siempre son los yonkies borrachos acosadores. Yo solía tener algo con las mujeres ¿sabes?
-¿Ah, sí? Pues lamento informarte de que aquí llevo sentada contigo un buen rato y nada
-He dicho solía tener
-¿Y qué le pasó?
-Se fue
-Sin más
-Efectivamente
-No puede irse sin más. Las cosas no se van simplemente por ninguna razón.
-Ah, ¿no?
-No
-Entonces la habría. Quizás me lo quitaron.
-Quizás…
-Hoy he ligado de todas formas
-¿Y qué ha pasado?
-No era mi tipo
-¿Y eso?
-No me gustan los penes. Pero me invitó a una buena copa. En fin, me largo.
-No has pagado
-Lo sé

18 dic 2010

Se busca



Peter Punk intenta en vano su amor explicar

Se busca chica para protagonizar una apasionada, lasciva y turbulenta historia de amor verdadero. Preferiblemente de estatura media y complexión delgada. Debe gustarle la música, la literatura, la poesía y el arte en general. Preferencia por encerrarse los días de lluvia a ver películas con los ojos cerrados bajo una manta. Que le guste subir a lo alto de un acantilado y extender los brazos mientras el viento mantiene su cabello en el aire y yo me muero de amor extasiado al contemplarla. Que me deje ir a mi bola. Que me diga todo tipo de apelativos cariñosos y estúpidos. Que tenga una risa chillona, nada bonita, que me obligue a bajar la cabeza y mirar al suelo de vergüenza cuando ella estalle en carcajadas en mitad de un bar. Que le guste ir a su bola. Que no me convenga. Que me haga daño. Que me bese los párpados. Que me arañe la espalda. Que me hable de Schopenhauer y de la falta de sentido de este mundo y esta vida mientras juega con mi pelo y me muerde la nuca. Que cada vez que hagamos el amor me escriba una frase diferente con su carmín en el espejo de mi baño. Que me obligue a dar la cara siempre. Que me diga cosas como “idiota” o “me sacas de quicio” cuando quiera decir “te quiero”. Que se quite la ropa rápido. Que tarde mucho en vestirse. Que siempre me haga llegar tarde. Buena recompensa. Interesados llamar al número bajo el cartel.

Pd: Se me olvidaba algo fundamental: Que cante "La vie en rose" mientras hace el desayuno tras la primera noche que pasemos juntos.


Y si quieres oír la verdad tápate los oídos. Si quieres que me desahogue mejor lárgate. Porque no sé cómo puedes seguir durmiendo por las noches después de lo que me hiciste. Ni cómo puedes mirarme a los ojos y espetarme lo mucho que he degenerado sabiendo que tu eres una de las responsables más directas de acelerar mi proceso de auto-destrucción. Vete, porque si te dijese a la cara que sería más feliz y dichoso si jamás te hubiese conocido ya no habría vuelta atrás.

15 dic 2010

Barras de bar, vertederos de amor



-¿No eres muy mayor para invitarme a una copa?
-Eso mismo me habían dicho mis amigos salvo que al revés. Que eras demasiado joven como para que te invitase a una copa
-¿Y no les has hecho caso?
-No suelo hacerle caso a la gente ¿sabes? Cuando veo algo que me gusta, sé que me gusta y sé porqué lo hace. No soy de esos tipos con dudas o a los que se puede convencer fácilmente. Te he visto y me ha parecido que sería interesante invitarte a una copa y eso quiero, invitarte a una copa.
-Admiro eso. Está bien. Sorpréndeme.
-¿Tequila Sunrise?
-¿Tratas de emborracharme?
-Tú tratas de emborracharte, yo solo te estoy ayudando
-De acuerdo entonces. Pero es mi deber informarte de que no soy gay y no tienes la más mínima posibilidad conmigo.
-¿Me informas después de pedir la copa, no?
-Soy heterosexual, no gilipollas señor
(…)
-A veces simplemente se cae y uno ni siquiera empieza a plantearse si levantarse
-¿Porqué?
-Desde el suelo se tiene una perspectiva interesante
-¿Cómo se ven las cosas desde el suelo?
-Aterradoras
-Eso es porque no estás a su misma altura
-Probablemente
-¿Y no sería mejor levantarse?
-Estoy cansado. La semana que viene.
-Yo solía ser como tú. Pero tenía un motivo. Mi padre me pegó una paliza y me echó de casa cuando se enteró de que era gay.
-Yo también tengo un motivo.
-¿Cual?
-Si le confesase a mi padre que soy gay me apoyaría y fingiría que no le importa
-¿Eso es un motivo para estar triste? ¿El amor que te procesan?
-Sí, me asquea que todo sea de rosa. Me aburre.
(…)
-¿Y a qué te dedicas?
-Soy poeta
-¿Y eso que significa?
-Que no me dedico a nada
-¿Porqué no buscas trabajo?
-Nunca me ha interesado el dinero.
-El sexo, las drogas y el rock and roll se pagan con dinero ¿sabes? Y esa copa que te has bebido también. El dinero es necesario.
-Quizás. Bueno, he de irme. Creo que alguien me espera en algún lugar.
-¿Quién?
-No sé, aún no le he conocido. Gracias por la copa.

12 dic 2010

Dos gigantes



Los pájaros del otoño vinieron cargados de certeza y se fueron rotos por el miedo. Respiro hielo y si soy sincero no es falta de fuerza es… ¿para qué salir del agujero? Tus caderas mis cadenas. Me hundo en el océano de promesas que me ofrecen tus pupilas dilatadas y me ahogo cuando las destrozas al abrir la boca. No hay salvavidas posible ni material impermeable lo suficientemente resistente para impedir que una tras otra caiga en todas tus artimañas. Cuento musarañas. El frío no se va porque no tengo suficiente dinero como para comprar calor. Poesía en polvo lejos del esplendor y del movimiento de la masa tronando al lao de un cajón en mitad de un parque. Algo de droga blanda no tan blanda prometiendo calma no tan calma en los bolsillos de mis pantalones más grandes y algo de sueños aún por destrozar penden de los tirantes de tu sujetador. Nosotros dos no somos dos, somos gigantes. Lucha de titanes en primera fila. Entradas desde la barriada, nos arrastramos de banco en banco. No he dormido cómodo desde que no me reflejo en tu sonrisa. Tus caderas mis cadenas. Quiero que nos miren incómodos al pasar y que el desvarío etílico sostenido de mi cabeza se esfume. Quiero que dejes de aparecer entre los putos fideos de mi sopa.

Calle Numen en tu puta face po po po

9 dic 2010

Al filo



Y pienso, que si rindiera a un, digamos, 40 % no estaría aquí. Si me explotase una parte tan ínfima como un cuarenta por ciento no estaría aquí. Desde luego. Pero no funciona así. Me hace gracia. Preguntan:
-¿Por qué escribes?
Y yo respondo:
-¿Acaso crees que hay una alternativa?
¿Crees que se puede dejar de escribir? ¿Cómo el que deja de fumar? No, eso es algo que está ahí y punto. Es un estigma. Un hombre es lo que es y no puede dejar de serlo. Uno simplemente escribe, así de simple. Como el que nació con una mancha en la mano. Eso es algo que está ahí toda la puta vida. Y no hay más vuelta de hoja. Es como esta situación, tengo 20 € en la mano y no sé qué hacer con mi vida. Es el único dinero que tengo. De hecho, es el único dinero que tengo desde hace demasiado. Y me pregunto: “¿Qué hago?” Es decir, puedo pillar 20 euros, puedo pillar 10 y guardarme otros 10 o puedo no pillar y guardarme el billete. Es decir, yo sé ver más allá de la decisión de un aspirante a aprendiz de yonki. Veo los tres caminos bien diferenciados. Pillar 20 es como: “A la mierda con todo”. Ya sabéis lo que os digo. No pillar nada es el buen camino. Elegir la vida y esas chorradas. Estudiar, volver a ser parte de la sociedad toda esa mierda que no me apetece para nada pero que sé que debería hacer. Y luego está el límite. Pillar 10 y guardarte otros 10 con la esperanza de que no te los vas a gastar igualmente en porros.

Ahora tengo el billete de 10 guardado muy lejos, tan lejos como guardé el otro para que no corriese este destino que ha acabado sufriendo en pocas horas de vida y 10 euros menos una L en mi cajón del escritorio. Ni roto ni entero. Al filo. Como siempre.

Pienso y luego duele y solo sufro

No pasa ná y si pasa se le saluda Pilla el corte ¿Quieres que me comporte? En tu baraja soy el Joooooker


Pd: Me acabo de dar cuenta de que acabo de cumplir 100 entradas. Solo quería decirlo. Fin del comunicado.

5 dic 2010

¿Y a mí, qué?



Joder, acabo de llegar más bajo de lo que jamás pensé que caería. Jamás hubiese imaginado mi vida así. Tengo un mono impresionante, pero no sé de qué. Al mirar a Marta por encima me doy cuenta de que no es de follar. No, ahora mismo no me la levantaría ni Marilyn Monroe en tanga con una viagra en cada mano. No es hambre porque apenas he podido comer los restos de los espaguetis del mediodía. Y no por que estuviesen fríos ni nada así. No soy un sibarita ni mucho menos. De hecho, mi estomago tolera bastante bien los alimentos en mal estado fruto de mis años en la calle. Cuando lo primero que comes en tres días es un bocata rancio de la basura no puedes permitirte el vomitarlo. Tampoco es heroína. Me acabo de meter el último pico hace exactamente…veinte minutos. Podría ser porros pero el último me lo fumé hace una hora así que no lo creo probable. Podría ser, pero entonces no sería tan fuerte. No estaría tan nervioso ni tendría esta mala hostia que me está jodiendo el subidón y me ha hecho destrozar la lámpara contra la pared. Marta ha bufado pero está hecha a la idea. En el último año hemos tenido que comprar cuatro o cinco de las dichosas lámparas. Ya sabéis cuales, estas de un metro y algo de alto, con su mampara y todo el rollo. Siempre he tenido especial predilección por esas lámparas. Es la típica imagen del rockero. Destrozando la lámpara contra la pared. Dicen que en realidad todo eso de sexo, drogas y rock and roll es una pollada. Que se suele elegir una de las tres cosas, como mucho dos. Que las tres vuelven loco a cualquiera. A mí me han vuelto loco desde luego, pero creo que eso viene de mucho antes que las groupies y los picos. Siempre he estado un poco para allá. Me pasé media vida cabreado. Con el mundo, con la gente, con mi mismo. Simplemente enfadado. No os lo recomiendo, es horrible vivir enfadado. Acabo de darme cuenta de que llevo al menos tres horas sin fumarme un pitillo. Así que me reclino en el sofá y me fumo uno tranquilamente. Joder, esto era lo que necesitaba, llevo fumando desde los trece y se me olvida el tabaco, vaya huevos. Vaya cojones, llevo tantos vicios en danza que ya no sé ni distinguir los monos. He caído muy bajo, sí señor, muy bajo. Aunque no esperaba menos de mi vida la verdad, empecé en esto pues como todos. Fumando porrillos sueltos. Empecé a fumar por la noche porque se me hacían insoportables. Me las pasaba pensando en mi vida y en lo que hacía con ella. Nada. Eso hacía. Nada. Yo solo era otro idiota con un cuaderno lleno de manchas de vino como el de Carlitos y un par de maquetas de calidad ínfima. Y fumar porros para no pensar y dejar pasar el tiempo era más fácil y rápido que tratar de dar sentido a mi vida. Luego, pues como todo. Uno antes de cenar lleva al de después de comer y sin comerlo ni beberlo acabas fumando todo lo que puedes al día. Pero mínimo tres porrillos. Ese siempre el mínimo. Y un buen día, simplemente pensando decidí hacerlo. Cogí mi mochila y me fui a Madrid. Allí pasé tres años viviendo en la calle, dando conciertos como mera excusa para tener alcohol y un techo durante unas horas. Siempre me han tratado muy bien en todos los garitos a los que he ido. Incluso cuando iba tan ciego que notaba como desafinaba y se me escapaba alguna nota de la guitarra me aplaudían. A la gente siempre le ha molado lo que hago. Luego los porros empiezan a no ser suficiente, y en fin, la vieja historia. Lo que quiero decir es que yo he vivido el lado miserable de la droga también. El robar a tus amigos cuando no miran un par de dosis, recoger colillas de la calle a medio acabar y esas cosas. Lo peor era la ausencia de remordimientos, algo en mí me decía que debería sentirlos y ni siquiera podía sentirme mal por no tenerlos; cuanto menos tenerlos. Ahí es cuando te das cuenta de que eres un adicto, cuando las cosas empiezan a perder su tinte malvado agravadas por la necesidad. Robar diez euros de la caja cuando la cajera del súper no mira (teníamos un sistema para todo eso) para pagarte una dosis de lo que sea empieza a parecerte hasta lógico y moral. Es decir el súper los tiene a montones y no los va a echar de menos, y si pudieran ponerse en mi lugar hasta el punto de saber, no, SENTIR cuanto lo necesito seguro que hasta me los daban. Joder, en el 93 matar a cambio de un poco de diazepam me hubiese resultado una ecuación terriblemente lógica y normal. Oh, el 93…yo dejando la heroína, no porque quisiese si no porque no tenía un duro y apenas me llegaba para el alquiler y enganchado a los ansiolíticos para aliviar el mono. Tenía que seguir trabajando o me quedaría en la calle pero sentía los huesos de vidrio y el sudor como una barra de hielo bajo la camisa. Siempre he dicho que para ser drogadicto hay que ser millonario, si no se pasa mal. Aunque supongo que eso es parte de su encanto. Me pasé todo segundo tirándome a una tía de mi clase que no me gustaba solo porque: a) Tenía un piso y b) Plantaba marihuana. El sexo con ella no estaba del todo mal, y siempre que nos apetecía echar un polvo podíamos hacerlo sin problemas. Solo teníamos que ir a su piso y punto. Allí nos esperaba la cama. Con veinte años uno agradece mucho ese tipo de cosas y el cambiar el aire mugriento y opresivo de los moteles baratos y los cuartos de baño de bares por una cama y un colchón limpios y listos para usar. Bueno, eso y el pasarse un año entero de su vida fumando hierba gratis. Venga ya, podéis mirarme como queráis, pero juradme solemnemente que vosotros no lo hubieseis hecho. A la gente siempre le ha sorprendido que no sea cocainómano, por todo aquello de ser músico y esas historias, pero la cocaína siempre me ha puesto demasiado loco. Demasiadas veces me he despertado con la cara destrozada por culpa de esa mierda. No, nada de cocaína. Tiro el cigarrillo y lo apago contra la moqueta. Miro a mí alrededor. Pienso que sí, vale, tengo éxito, fama y dinero. Una gran y bonita casa. Estoy enamorado de la mujer perfecta y ella lo está de mí. La gente aprecia mi arte. Tengo todas las drogas que pueda querer comprar. Y pienso: “¿Y ahora, qué?” No logro encontrar una respuesta satisfactoria así que solo me levanto y voy a mear.

1 dic 2010

Más muerta que yo



Antes de tocarla sé que está más muerta que yo. “Más muerta que yo” hace un tiempo pensar ese tipo de cosas me hacía sentir escalofríos. Ahora ya no. De aquello hacen muchos siglos. Cuando era un vampiro inexperto. Sin embargo nunca fui un vampiro gilipollas. Es decir, he leído mucho a Ann Rice y todo el tema y es cierto, de verdad los hay. Vampiros que se niegan a morder a humanos. Que sienten remordimientos y cosas así. No sé, lo ven como un asesinato, no lo entiendo, es como si ellos comen a un ser inferior de la cadena evolutiva. Y lo hacen, se comen los conejos, los peces y toda esa mierda, yo lo hacía de hecho. En otra vida claro. Bueno, cuando era vida. Esto se debería llamar “no-vida”. En fin, sé todo ese rollo de los vegetarianos que hay ahora, intento estar en sintonía con el mundo pero cada vez me cuesta más. Es decir tengo tres siglos, y afrontémoslo, todo ha pasado demasiado rápido. Yo aún flipaba por ver la televisión en color y se empezaba a hablar de “Facebook”. Aunque ahora estoy al día más o menos. O lo intento. Simplemente la vida hace trescientos años era más sencilla. Nadie hoy palabras como “vintage”, “homosexual”, “anorexia” o toda esa mierda. Todos esos traumas que esa gente lleva en la puta cabeza, es impresionante. Amo a Freud y ningún soplapollas de turno me va a soltar el rollo contra él en un bar porque no, porque ellos no saben lo que yo he vivido y coño, yo tengo razón. Los años hacen muy sabio. Y el ver las cosas desde otra perspectiva. Su perspectiva no es imparcial ni objetiva, es decir, no puede serlo, es imposible, están metidos ahí. Les afecta todo eso sobre lo que hablan. No se puede ser justo así. Desde mi perspectiva es más fácil. A mi nada de eso me afecta. Yo estoy muerto y punto. Soy otra raza. Una raza extinta. Ahora está en auge todo ese rollo de cómo molan los vampiros y esa mierda. Primero los góticos disfrazados y luego todo el mundo. Una vez estuve con un fanático que, al revelarle yo que era un vampiro porque estábamos solos, me pidió que me alimentara de él. Quería saber qué se sentía. Me reí y sin más que desprecio por su estupidez en los ojos me abalancé sobre él. Me apartó a un lado y cuando le sujeté los brazos me preguntó titubeante: “¿Pe pe pero me vas a matar?” con asombro en la mirada. Gilipollas desgraciado. Dejaré de matarte. ¿Te dejo vivo? ¿Para qué? Ya tuve bastantes cazadores de vampiros hace dos siglos gracias. Joder, soy el único vampiro al que veo en ciento cincuenta años. Y eso es una mala apreciación porque de hecho no me veo. No me veo reflejado en los espejos o el agua. Solo en los ojos. Solo cuando me abalanzo sobre mis víctimas. Y ahí no me gusta como soy. Con los dientes fuera y gruñendo de ansiedad. Todo eso me lleva a plantearme una cosa. Llevo ciento cincuenta años solo, totalmente solo. ¿Me he sentido solo alguna vez? En el mal sentido de la palabra no, claro, he tenido mi intimidad. Una intimidad cojonuda de hecho. Pero jamás he necesitado contacto. Y sé lo que eso significa. Y debería asustarme pero eso solo me hubiese asustado doscientos años atrás. Significa que me estoy volviendo un animal. Los vampiros somos una bomba de relojería. Estamos diseñados por Dios o lo que sea para volvernos más y más sedientos cada siglo. Hasta que al final acabas alimentándote de otros vampiros. Lo que a su vez provoca que te vuelvas loco. Por eso los Antiguos duermen, para aplacar su sed. Bueno, y supongo que porque estarán hartos de vagar. Ochocientos años son muchos. Dicen que algún día esos hijos de puta se levantarán y nos joderan a todos. La chica está efectivamente muerta compruebo tras quitarme los pensamientos que mi cabeza ha realizado en treinta segundos de inactividad. Llevo trescientos años leyendo, que coño os creíais. También compruebo unas heridas circulares, como de colmillos en el cuello de la chica, heridas que se cierran ante mis ojos. Está claro, no hay duda. Me levanto rápidamente y echo a andar por la calle, en busca de la misteriosa sombra. Hay otro vampiro aquí.