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31 ago 2009

Caotismo (2).


Victimas y aprovechados, así funcionaba el mundo, y así lo sentía. Se convirtió en lo primero cuando decidió dejarse comer, el mismo momento en el que, más humano que nunca, se dio cuenta de que él, al igual que todos, había sido fabricado para amar, como una maquina cuyo sustento de funcionamiento fuera ese, amar para poder girar, girar para poder vivir. Se percató de ello en el instante en el que vio que nunca le habían concedido una tregua cuando él, lo único por lo que armaba escándalo, era luchar por lo correcto.
Sus manos estaban manchadas de sangre. Cuando agarró el cuello de aquél niño, conforme sus pulgares lo apretaban despidiendo borbotones de sangre por doquier, el alivio que sentía era armonizante. Dolor para paliar dolor, era efectivo.
-La vida me ha servido siempre las cosas en bandeja. Hasta eso te harta.-Con esa frase rompió el silencio de la estancia.- ¿Sabéis? la paradoja es que la bandeja en la que todo se me ha servido… no es de plata, como la vuestra, sino de puta mierda humana. Vuestras vidas me resultan tan tristes que hacen que la mía sea aún más triste cuando estoy ahí afuera, en la calle. No soporto a la gente así, que no repara en lo que tiene. Así que no os preguntéis porqué un depravado ha matado a vuestro hijo, lo habéis matado vosotros-. Se limpió la sangre de la cara con un pañuelo que llevaba en el bolsillo, sacó la 9mm y apuntó a la madre.- Estoy decepcionado con todo esto-dijo- Estoy cansado-. Utilizó dos balas, una por cabeza.
Al salir de la casa se dirigió al local más cercano, un bar de borrachos y gente de mal vivir, en una mesa estaba esperándolo un hombre. Se acercó a sentarse con él.
-Está hecho, Samael-dijo-. Y este le ofreció tabaco.

30 ago 2009

Caotismo (1).



Cogí mi fe, la arranqué de mi alma con las espuelas de su neutralidad, y se la arrojé a sus pies.
-Quédatela, se ha consumido.- Le dije mientras miraba a sus ojos con mis nervios de acero.
- Estoy asustada.-me dijo ella.- No lo entiendo.
Después de todo aquél tiempo, en realidad, era él quién no entendía. A ella parecía irle bien tal cual se lo montaban, no pedía más, dejaba que la rueda de la situación girase progresivamente, pero sin avanzar.
-¿Sabes? Es un carga dura- dejé de mirarla, agaché mi cabeza- parece tan fingido por tu parte, estoy cansado de impulsarlo todo.
-Pero…-interrumpió.- yo siempre he estado igual. Y quiero seguir así. Me siento cómoda contigo de esta manera. Yo… te quiero...-Acercó su mano a mi cabeza y la levantó, obligándome a mirarla a sus ojos, me dijo.- No dudes de mí.
-No es cuestión de duda-. Volví a bajar mi cabeza, a mirar la fe que aún permanecía en sus pies, en el mismo sitio dónde la había dejado. Unas cuantas lágrimas discurrían por mis mejillas.- Verás, tal vez no te das cuenta pero… son las pequeñas cosas las que consiguen que la gente se mueva, casi sin poder advertirlo, se exhalan por la única razón que pueden hacerlo. Te hablo del amor.
-Explícate.- Me dijo con la voz quebrada.
Levanté la cabeza, la volví a mirar a los ojos, en su rostro también se veían lágrimas.
-Amor, amor son los detalles.
Se agachó, y extendió sus manos para coger mi fe.-Yo guardaré esto.
Me besó. Y se fue.
Un hombre, más bien anciano, pasó en aquél instante cerca de dónde me había quedado sentado sin palabras. En su brazo izquierdo llevaba tatuado el nombre de Samael. Me acerqué a él para pedirle algo.
-¿Tienes un pitillo?
-Claro.-Me respondió.

27 ago 2009

They



Él era de esos que siempre estaba hablando. De los que no paraban de hablar. Pero no decía nada. Solo hablaba y hablaba, y cuando realmente tenía que hablar, se quedaba callado.
Era de esos que siempre ves en todas partes, en todos los bares, en todas las fiestas. Pero nunca estaba cuando debía estar
Era de esos que se comian el mundo con la boca grande y abierta, dando voces, y luego encontrabas solo y borracho llorando sus penas en cualquier esquina

Ella era de esas de las que siempre estaban hablando. A sus espaldas. De las que hasta sus propias amigas rajaban cuando ella no miraba.
Era de esas que ningún amigo te presenta jamás. "No te conviene". "No le vas a gustar". "Es demasiado para tí" o incluso, porque no. "Es demasiado ligera de cascos para tí macho"
Era de esas que lo tienen todo grande, excepto el corazón, que lo guardan encerrado bajo siete llaves bajo el colchón.

Se conocieron en un bar. Alguien los presentó. "¿Qué te pareció ella?" preguntaron. "No es fea" contestó él. "¿Que te pareció él?" preguntaron. "Del montón" contestó ella. Días después se tropezaron por la calle. No hubo latidos emocionados. Ni sonrisas timidas y titubeantes balbuceos. No hubo conexión. Él sacudió la cabeza como saludo. Ella alzó una mano. Apenas se miraron. Cuatro días después ella gemía en su oido en el baño del mismo bar de la anterior semana. Cuando preguntaron ambos contestaron lo mismo. "No busco nada serio, solo fue un calentón, un poco de diversión de sabado noche ya sabes". No se volvieron a encontrar por la calle. Pero el sábado siguiente estaban en el mismo bar. Como todos los sábados de tantas semanas de tantos meses. Charlaron un poco. Se despidieron cortesmente. Cortesmente se enamoró de ella, no de golpe, no de la manera de las peliculas. Poco a poco. Sábado a sábado. Cortesmente ella lo dejó otro sábado meses más tarde. Pero él volvía una y otra vez. "No te conviene, solo acabarás haciendote mas daño, solo quiere jugar contigo". "Lo sé, pero eso es lo que me hace volver una y otra vez". Ella encontró la última de las llaves escondida bajo el edredón, al sacarlo cuando llegó el invierno. Abrió su corazón. Y entonces fue él quien se aburrió de ella. Pero ella volvía. Y él volvía a dejarla. Y un día. El bar cerró. ¿Qué que es de ellos?. Hoy, sábado noche, estan mirando el reloj y echando miradas furtivas a la puerta de su nuevo bar, pero el otro no entra por la puerta. Porque la gente está mas guapa cuando sale por la puerta, que cuando entra.

Peor para el sol, que se acuesta cuando yo me levanto
Peor para la luna, que se acuesta cuando aún nos queda tanto...


Pero, no somos nada ¿verdad? Y siempre es tarde..

25 ago 2009

Looking for ka



Seis balas cargó en su revolver izquierdo. Una por cada sueño que no consiguió. Seis balas cargó en su revolver derecho. Una por cada amante que perdió de su lado. Seis agujeros tenía su cinturon. Uno por cada amigo caido en el camino. Se lo ajustó en el último de todos. Un agujero tenía su bota izquierda. Uno solo, por la única lágrima que había derramado en su vida. Se caló el sombrero a la cabeza. El único sombrero que había tenido en su vida. Como la única mujer que había amado. En sus ojos ardía el fuego. Fuego como el que se la arrebató. Tres dedos, los que le quedan en la mano derecha. Uno por cada miembro de su ka-tet, ya roto. Ante él, por fin, la Torre. Cuatro decenas de pisos. Un piso por cada año cumplido. Quinientos veinte escalones, uno por cada hombre que había asesinado. Miró hacia la Torre y suspiró...

-¿Cómo sabias que yo...?

-Te ví cabalgando por la Pendiente. Estaba en un sitio al que a veces acudo para pensar, y te vi. No te hubiera seguido si no hubiera visto que montabas a pelo. Pensé que algo iría mal

-Todo va mal

De una forma deliberada, con los ojos abiertos y la cara muy seria, él empezó a besarle las mejillas. Ya lo había hecho varias veces a ambos lados de su rostro, cuando ella se dio cuenta de que le estaba borrando las lágrimas con sus besos. Después Roland la asió por los hombros y la apartó un poco para poder contemplar sus ojos.

-Dilo otra vez y lo haré, Susan. No sé si esto es una promesa, una advertencia o ambas cosas a la vez, pero...dilo otra vez y lo haré

No hubo necesidad de que ella le preguntara a qué se refería. Le pareció que la tierra se movía bajo sus pies, y más tarde llegaría a pensar que, por primera y única vez en su vida, había experimentado el ka, un viento que procedía no del cielo sino de la tierra. "Al fin ha venido a mí-pensó-Mi ka, para bien o para mal"

-Roland

-Sí, Susan

Susan deslizó la mano por debajo de la hebilla del cinturón de Roland y agarró lo que allí había sin apartar los ojos de los suyos.

-Si me amas entonces ámame

-Así lo haré

Se desabrochó la camisa confeccionada en un lugar de Medio Mundo que ella no vería jamás y la estrechó entre sus brazos.

El ka..


Si es ka vendrá como el viento. Como un ciclón. Y no podrás hacer nada por detenerlo. Da igual lo que opines, da igual lo que opine el resto, da igual que te resistas. Si es ka vendrá como el viento. Como un huracán. Se llevará tu casa, tu granero y tus gallinas. Si es ka vendrá.

KA

Pd: Letra en cursiva perteneciente a La Torre Oscura IV: Mago y Cristal de Stephen King

23 ago 2009

KNOWN



Hay ciertas cosas que debes saber sobre mí. Cuando digo "No sé" significa que estoy totalmente seguro. Pero que tendrás que torturarme antes de que lo diga. Nunca soy el primero en nada. No soy el primero en acercarme, ni el primero en pedir una cita, ni el primero en decir te quiero. Ni siquiera soy el primero en presentarse. Jamás. Soy una serpiente meticulosa y paciente, observando los pasos del otro. Y segun sus pasos, asi actuo. O lo que es lo mismo. Nunca soy el primero. Nunca pienso las cosas dos veces antes de hacerlas. Sobre todo con las mujeres y la droga. Pensarlo una sola vez es demasiado, asi que a veces ni eso. No existen los porqués. Los motivos. El que vendrá mañana. El que pasó ayer. Existe el hoy. Fluir por el hoy. Ya habrá tiempo para arrepentirse luego. Arrepentirse es estar vivo. Nunca estoy del todo contento, excepto cuando estoy borracho. Nunca estoy del todo triste, excepto cuando estoy borracho. No suelo fingir que me importan las cosas que no lo hacen. Asi que siempre tengo esa cara de que nada me importa. Vendería a cualquier ser humano por un paquete de tabaco y una botella de whiskey. Y segun las noches por un cigarrillo y un mini vendería a más de un colega. No puedes domarme. No puedes pretender que cambie. No a sabiendas. No me puedes atar si quieres hacerlo. Soy un perro que se ata solo. Cuando merece la pena. No te enamores de mí. Le quita la gracia. Deja que sea yo el que lo haga. Tu solo hazme llorar. Pero no te confies conmigo. Jamás. Soy el perro que si muerde la mano que le da de comer. Y la que le da de beber. Y la de todo el mundo. Incluso cuando sea tuyo, cuando esté meramente bajo tu control, cuando un simple "ven" de tu boca pueda hacerme robar un coche a punta de cuchillo de cocina para viajar al otro extremo de la ciudad, cuando una de tus miradas pueda hacerme sentir mejor que cualquier gramo de cualquier otra cosa, cuando deje de lado todo por tí, aun así, aun asi no te confies. Puedo darme cuenta de que estoy atado y hacer cualquier tonteria. Puedo darme cuenta de que poco a poco me has apresado y negarme a aceptarlo. Si leo en tus ojos la mirada de la que esta segura de lo que tiene, puedo demostrarte que no es así. Simplemente por el mero placer de ver tu decepción. No intentes chantajearme nunca muñeca. Y ahora que ya te he puesto al día, sí, me apetece esa cerveza

"-¿Podrias escribir en paz?
-Muñeca, nadie que escriba nada que merezca la pena puede escribir en paz"


20 ago 2009

Back in black




Pie derecho. Pie izquierdo. Pie derecho. Pie izquierdo. Pie derecho...Siempre es igual cuando bailas con un desconocido. Hay que prestar atención. No puedes esperar seducir a una dama pisandole los pies. Lucas no era especialmente bueno bailando. Y menos un vals como el que sonaba. Pero la dama en cuestión se merecia el esfuerzo. En realidad se merecía mucho mas. Pero aparte de su esfuerzo Lucas no tenía demasiado más que ofrecer. Gustoso postraria la luna ante sus pies, si pudiera bajarla de su maldito trono allá en el cielo. Pero no podía. Al menos la chica le había concedido el baile.

-¿Cúal es tu nombre?-preguntó

-Victoria-respondió ella- ¿Y el tuyo?

-Lucas-dijo-Mi nombre es Lucas

-¿Trabajas?-preguntó ella

-Claro-mintió él- Soy contable

-Parece un trabajo aburrido-dijo ella

-Lo es-dijo él sonriendo

-Me mientes-dijo ella-Eso no es buena forma de seducir a una dama

¿Y que podía haber hecho él? ¿Decirle que se dedicaba a sobrevivir de las miserias que lograban arrancar sus versos a los nobles? Jamás. A las mujeres les gusta la poesia. No los poetas.

-¿Que eres en realidad?-preguntó. Sus ojos negros fijos en él.

-Lo mismo que todos-dijo el- Ceniza. Todos somos ceniza

-Eso no es cierto-dijo ella

-¿Ah no?-preguntó él

-No-dijo ella-Si somos ceniza...¿porque podemos arder?

Y le besó mientras los últimos compases del violín se apagaban. A Lucas nunca le había besado una desconocida. Fue una buena experiencia.

16 ago 2009

Give it away now




Déjate las escenitas, las absurdas representaciones, solo provocas lastima y patetismo. Sí, tú. Déjalo. No sigas fingiendo. Deja de mirar el móvil, agarralo y llama de una vez. Deja de proclamar "Oh no, y una mierda, siempre llamo yo". Tarde o temprano acabaras agarrando ese móvil y llamando. Ahorrate el sufrimiento. No te resistas. Resistirse es inutil. Ciertas cosas te contaminan y punto. ¿Sabes que es lo peor? Que ella está mirando el móvil y pensando "¿Porqué no me llama?". En un circulo vicioso sin fin en el horizonte de lo plausible. Déjalo.

No soy santo nena y si te hago una seña ven en mi busca
Podemos pasar una buena noche descubriendo lo que te gusta