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27 oct 2011

Vida puta.



Vida, me debes muchas cosas. Para empezar quiero que a algún idiota se le caiga un billete de 50 y pase yo por detrás para recogerlo. Esas cosas nunca me pasan a mí. Luego quiero que una tía me diga: “Mira le gustas a mi amiga pero también me gustas a mí” y en lugar de decirme “lo siento” me diga “¿te vienes a nuestro piso?” Eso sería fantástico vida puta. Vida mala, me debes mucho, yo debería estar por ahí, viviendo y drogándome y amando en lugar de estar pudriéndome aquí. Alguien debería haber descubierto algún supuesto talento genial que yo tendría y ahora mismo estaría en la cumbre. Pero no vida puta, vida amargada. No hay rosas y los Don Juanes estamos hartos de esperarlas. Nos tendréis que recoger de las calles como a la puta basura y os jodéis porque es la obra que habéis creado. Vida puta, me debes una revolución. Pero una de verdad joder. De las que no anuncian por televisión ni Twitter. Me debes una familia circense y un pingüino mascota. Me debes menos voces en la cabeza gritándome que no hay descanso. Menos depresión. Me debes encontrarme con 100 gramos de marihuana en las putas manos sin motivo alguno. Salir de España. Oh dios, me debes tantas cosas, vida puta, vida mala, vida amargada.

22 oct 2011

War



No me gusta el cuerpo a cuerpo, porque me desarmas con tu mirada. Yo soy más de ganarte guerras en desde el sofá. Necesito más, no, no me voy a conformar. Trato de fumarme una L a ver si se me funden los sesos, pero nada. No se apaga. Y caigo a la almohada y al abrir los ojos no veo tu cara. Y otro día amanece por la ventana. Y no me despertará un hada, solo el puto despertador.

12 oct 2011

Candem Town



Y uno de los viejos que estaba sentado bebiendo de botes descoloridos de cerveza se acercó y me cogió de la nuca.
-Lo veo en tus ojos-dijo-Veo el fuego en tus ojos
-Ah, ¿sí?-contesté mirándole fijamente yo también
Llamó a gritos a uno de sus compadres y el otro también vino a mirarme los ojos. Empezó a reír.
-Oye maldita sea-les dije- ¿Qué pollas hacéis? Soltadme de una vez. Yo nunca formaré parte de nada muerto, como vosotros.
-Oh, sí que lo harás-dijeron. No me soltaron. Yo traté de zafarme de ellos pero eran más fuertes. Aunque ahora no era más que un maldito corral de comedia antaño la gente de Candem Town había sido dura-Algún día el mundo se moverá, a peor, y tú te quedarás al margen. Es ley de vida.
-Tíos, vais muy puestos-les dije- No soy de vuestro rollo.
-Oh, sí que lo eres-dijeron. Y esta vez si me soltaron. Eché a andar alejándome de ellos- ¿Acaso no estás siempre furioso y no sabes por qué?
-Eso describe a la mitad de mi generación- les espeté girándome levemente para mirarlos mientras me alejaba a toda prisa con las manos metidas en la sudadera.
-¿Pero no están ellos furiosos con el mundo mientras tú lo estás con la vida?-me gritó un viejo mientras me alejaba.
Quizás tenían razón. Algún día mi culo medio muerto estaría tirado en mitad de un sentimiento fantasma, escuchando música muerta y hablando sobre sensaciones muertas. Vaya mierda. Siempre me quedaba el “Live fast, die Young”.

9 oct 2011

Love will tear us apart...again.

Ensayé una y mil veces mis palabras ante el espejo del ascensor mientras subía. No podía quitarme esa puta canción de la cabeza. Cada vez que me enfrentaba a una situación como esta, lo que, por cierto, era más a menudo de lo que me gustaría, resonaba en mi cabeza. Desde secundaria. Las puertas del ascensor se abrieron y ante mi estaba su puerta. Suspiré mientras cogía fuerzas para decirle que tampoco era ella lo que estaba buscando. Que el amor nos había separado…otra vez.

6 oct 2011

Listos para despegar.



Paseábamos por el aeropuerto, en dirección a su puerta de embarque. Yo estaba cagado de miedo, esperando el momento idóneo para soltárselo. Le iba a pedir que se quedase, pero aún no sabía cómo me iba a atrever a hacerle aquello. Y ella se paró y se giró y me miró a los ojos durante mucho, muchísimo tiempo, como solía hacer. Dos minutos y medio que fueron una vida entera para mí.
-Tú me haces vivir mil vidas a cada instante-le dije
-Vente conmigo-me dijo
-Iría al infierno si tú me llevases de tu mano-le dije. Sus ojos clavados en mí.
Y me cogió la mano y me llevó a comprar el billete. Ni se me pasó levemente por la cabeza el mirar atrás.

1 oct 2011

Nací muerto.


-No puedes hablar enserio-me dijo ella mientras guardaba el encendedor en el bolso.
Yo ya sabía lo que venía a continuación. Me iba a dejar. Lo había visto tantas veces que lo veía venir a kilómetros de distancia.

-Claro que hablo enserio-dije yo fumando pausadamente- ¿Cuál es el problema?

-¿Qué cuál es el problema?-preguntó ella mientras se levantaba y hacía gestos de exasperación con las manos-Qué estás siempre triste, ese es el maldito problema. Una mañana te levantas, ves tú móvil sin llamadas perdidas y te pones triste. A la mañana siguiente te levantas y tienes montones de llamadas perdidas de montones de gente y te sientes mal y te pones triste. A veces, cuando vuelves de tus largas noches de bohemia y me ves durmiendo en tu cama sonríes de oreja a oreja y te tumbas a mi lado y me abrazas, pero a los diez minutos dices que te doy calor y te agobio y te vas a tu siempre frío extremo izquierdo de la cama. Nunca te he escuchado reír sinceramente sin ir puesto, lo cual tampoco es tan extraño porque sueles ir puesto todo el día. Estoy harta, necesitas ayuda.

-Ya te he dicho que ningún psicólogo quiere tratarme. Dicen que los deprimo mucho-le dije mientras apagaba la colilla en el cenicero de barro.

-Y no piensas ir al psiquiatra porque no quieres que te receten drogas. Solo tú mismo puedes hacer eso-me dijo adivinando mis próximas palabras.

La miré sonriendo en silencio. La verdad es que me conocía bastante.

-Mira-me dijo-No aguanto más. Te dejo tus problemas, una silla y una cuerda.

Y se fue por la puerta. Yo me recosté en el sillón y me fumé un porro mientras veía la tele. Me empecé a sentir mucho mejor.