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6 oct 2011

Listos para despegar.



Paseábamos por el aeropuerto, en dirección a su puerta de embarque. Yo estaba cagado de miedo, esperando el momento idóneo para soltárselo. Le iba a pedir que se quedase, pero aún no sabía cómo me iba a atrever a hacerle aquello. Y ella se paró y se giró y me miró a los ojos durante mucho, muchísimo tiempo, como solía hacer. Dos minutos y medio que fueron una vida entera para mí.
-Tú me haces vivir mil vidas a cada instante-le dije
-Vente conmigo-me dijo
-Iría al infierno si tú me llevases de tu mano-le dije. Sus ojos clavados en mí.
Y me cogió la mano y me llevó a comprar el billete. Ni se me pasó levemente por la cabeza el mirar atrás.

2 comentarios:

  1. El Universo de punta a punta recorre uno por una mirada así. No me sorprendes ya, brutal como siempre :)

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  2. Como bien dijo un tal W. que tengo demasiado lejos: lo que Ryanair y Renfe ha unido, que no lo separe el hombre ;)

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