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29 jun 2012

-Es un tanto denigrante a veces-le dije mientras hacía gestos al camarero para que trajese otra botella de vino

-¿Denigrante?-preguntó ella-¿Cómo podría ser denigrante?

-Piénsalo-le dije-Todo ese dolor y sufrimiento convertido en un puñado de poemas, unas cuantas palmadas en la espalda y una caja de vino.

-¿Merece la pena?-me preguntó mientras dejaba la cuchara por primera vez desde que trajeron el postre. Me fijé en el detalle de que le gustaba comer chocolate. Tenía un montón de sirope de chocolate en casa

-Claro que no-le dije en un resoplido

-¿Entonces?

-¿Crees que es una opción?-le pregunté alzando una ceja. El camarero llegó con el vino- Y por otra parte; ¿quién habló de recompensas?

28 jun 2012

Yo le pagaba las drogas y ella me hacía pajas con las tetas. Era un buen trato. Fue una buena época. Nos fumamos a Neruda en la esquina del kebab e insultábamos a Petrarca, por marica.