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30 mar 2011

Effort.


Abrió los ojos y distinguió la silueta del hombre, caminando de un lado para otro.
-Aquí huele a muerto-dijo
El hombre se giró, sonriendo de una forma quizás un tanto exagerada.
-Eres tú-le dijo
Él fingió olerse.
-No, no creo-dijo-Creo que eres tú el que apesta como una mofeta muerta. Además, yo no estoy muerto.
-Aún-respondió el otro-Aunque primero vas a decirme todo lo que sabes.
-No pierdas el tiempo-dijo John Malonne-No lo consiguieron los rusos, no lo vas a conseguir tú. Más vale que dejes de perder el tiempo y me pegues un tiro directamente.
-Ya veremos-dijo el espía acercándose con un estilete en la mano izquierda.
Alguien gritó: “¡Corten!”. El director se coló en el plano rascándose la barbilla.
-No me convence-dijo- Sujeta el estilete con la mano derecha con la mano derecha mejor y probemos desde otro ángulo.
Thomas dejó de ser John Malonne y volvió a ser él mismo.
-¿Podríais desatarme?-preguntó-Necesito fumarme un cigarro
-Está bien-cedió el director-Mientras probaremos el nuevo plano.
Lo desataron. Tenía las muñecas algo entumecidas. Habían repetido la escena en la que el espía lo arrastraba a la silla y lo ataba como unas quince veces. El director quería un Oscar y quería que todo fuese perfecto. Él también quería un Oscar y lo vea posible así que no se quejó. Thomas abandonó el plató. Lo de no poder fumar dentro le parecía una putada. Encendió un cigarrillo sin filtro y se pasó la mano por la simulada calva. Desde luego los maquilladores eran de lo mejor del gremio. Mientras fumaba en silencio se le acercó una chica a pedirle fuego. La había visto antes, estaba haciendo un papel más que secundario, de poca monta. Thomas sacó su encendedor de plata de ley y le encendió el cigarrillo.
-¿Le puedo hacer una pregunta?-le dijo la chica observando su encendedor desaparecer. No esperó a la respuesta de Thomas-¿Cuánto está usted cobrando por el papel?
“Genial” pensó Thomas “Otra actriz resentida”
-Eso no se lo voy a decir señorita-respondió secamente
-¿Podría decirme al menos cuantos ceros tiene su nómina?
Thomas pensó durante unos segundos.
-Cinco-repuso
La “actriz” bufó.
-Usted gana con una película más del doble de lo que yo he invertido en escuelas de arte y dramatización.
-Querida, ¿le puedo dar un consejo?-Thomas tampoco espero la respuesta de la actriz-No malgaste su dinero ahí. Las clases las imparten actores fracasados que jamás llegaron a nada y los alumnos…en fin, ya ve usted donde llegan los alumnos.
La chica arrugó la nariz, ofendida. Thomas no esperó su respuesta.
-Yo he estado recogiendo colillas de la calle en Indiana y trabajando nueve horas al día en un campo de sandías. No intente usted darme clases de moralidad-le dijo arrojando el cigarrillo y aplastándolo con el tacón de sus zapatos-Hágame caso. Intentar equiparar al talento al trabajo y al esfuerzo es una inutilidad. Quizás usted ha nacido para ser vulgar, y soñar con ser una estrella lo único que le va a traer va a ser sufrimiento.
Se dio la vuelta y caminó hacia el plató.
-El cine también necesita actores secundarios como Mcdonalds necesita a quién limpia a las vacas. No lo olvide jamás.
Entró en el plató. A Thomas Rinfuerd no le tocaba los huevos nadie. Y menos aún una niñita de California que soñaba con ser actriz por haber visto un par de películas de Liz Taylor. Se dirigió a la silla silbando una canción de Alabama 3. Concretamente la estrofa esa que decía: “you’ve got to burn to shine”

And a blue moon on your eyes.

1 comentario:

  1. Todos soñamos con algo que no podemos conseguir, pero mola vivir luchando por algo eternamente

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