UA-67049947-1

5 jun 2013

O vuelves.

Que cruel puedes ser. Recuerdo cuando te dije que era mucho peor persona que tú y te limitaste a reír entre dientes. Me cogías la mano muy fuerte y te sentabas sobre mí en los bares. Prácticamente me exhibiste ante el resto de hombres que tuviste en vida mientras les decías: “Es este. Jodeos pues es este”. Y yo sonreía con todos los dientes (cuando aún era capaz de hacerlo) y decía que sí. Tenías razón. Yo era tuyo porque tú eras mía. Simplemente, como tantas otras veces en mi vida, me acojoné. Me acojonaste mucho. Yo no quería ser de nadie. Que irónico que ahora no pueda dejar de ser tuyo y tú nunca vayas a volver a ser mía. Tenías razón. Yo te llamé flipada en mil idiomas y me fui de allí escupiendo al suelo y gritando que no tenía collar. Que imbécil. Tenías razón. No pasa un día sin que me arrepienta. Siempre fuiste mucho más orgullosa que yo. Y mucho más cruel. Tenías razón. Así que me rindo. Ahí lo tienes. Dijiste que sólo me iba a rendir una vez en mi vida e iba a ser ante ti. A cambio pido un presente. También dijiste que rendirme tendría una recompensa, ¿no? Pues te pido, por todos los dioses, de rodillas, como tú prefieras, te ruego:

O vuelves o dejas de hacerte más guapa cada puto día que pasa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario