UA-67049947-1

10 dic 2012

Horrorcore


Me alimento de los gilipollas que ponen MC al lao de su nombre.
No soy uno de tus vinilos que no entiendes, no me rayes.
Sé que al monstruo sólo es capaz de matarle un hombre.
Y hace muchos siglos que no veo ninguno en estas calles.

Sacrifican animales a sus dioses pidiendo que falle.
Pero por Nyarlothep y Tezcatlipoca no me hunden.
En mitad del bosque con los lobos rastreo su lumbre.
Caerán, como desde hace siglos han caído sus reyes.

Caerán como todo cae desde hace eones.
Como caen sus logros, su existencia, sus dones.
Morirán como mis pecados en la cruz.
Lejos y mí son palabras que me prohibí como la luz.

Leyendo magia arcana en el Sanatorio de Agromonte.
Estudiando nigromancia, controlando agujeros negros.
Creando Golems que sean mis siervos del tamaño de Chicote.
Comiendo miembros amputados y vomitando plumas de cuervo.

Sangrando cada estrofa como si fuese la última, enfermo.
A jueces muertos, sentencias que se anulan.
Prostitutas que sudan demasiado y pieles que se mudan.
Mas el alma no olvida y como profeticé me tatué el invierno.

Al descender residuos del caos y bromuro de litio.
En la celda de castigo observando por un resquicio.
Llevo tres horas en esta esquina mirando cómo se escapa la vida.
¿O son tres lustros? En mi pared hay una cara que grita.

Veo la cara de un demonio en la pared de mi cuarto. Y me grita algo sobre derrotar al tiempo.
 Una parte de mi huye de mi y la otra me persigue.
Siempre me atrapo. Repto y me rapto. Me secuestro. Y vuelvo.
Cambiado. Me pulo capa a capa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario