UA-67049947-1

22 feb 2010

Cese temporal de actividad



Abrió el cuaderno. Agarró el boligrafo y suspiró. Desde hacía un par de días tenía las palabras impregnadas en la mente. La pregunta flotaba por su cerebro. Había ocurrido hacía meses. Muchos meses. Pero las palabras se le pegaban ahora. Era un día cualquiera y su primo llevaba todo el día escribiendo en clase, en cualquier clase. Siempre le sorprendía la manera de escribir del resto. Después de tres horas miró de reojo el folio de su primo y vió que apenas había cubierto tres cuartos de él. En tres horas. En tres horas él podía llenar seis caras. Mínimo.

-¿Qué escribes?-preguntó preso de la curiosidad. Si tardaba tanto debía ser algo muy dificil, una idea difusa o algo así.

-¿Sabes cuando escribes y te sirve como de catarsis?-le contestó su primo mirándole. Él asintió-Pues eso hago

Y volvió a mirar el folio. Y ahora, meses después las palabras resonaban en su mente. ¿Sabes cuando escribes y te sirve de catarsis?. Había mentido. No. No sabía que era eso. Él...bueno. Él solo escribía. También recordaba la clase de Literatura Universal. "Escribe una carta recomendando a los alumnos de primero que escojan la asignatura". "Tu que escribes bien". Asi que, ¿porqué no? Lo había intentado. La profesora le había pasado un borrador, solo debía pasarlo a limpio y añadirle palabras bonitas. Pero tras quince minutos se levantó y arrojó la hoja sobre la que escribía en la basura.

-¿Qué haces?

-No puedo mentir

-¿Cómo que mentir?

-Su borrador está lleno de mentiras. Lo siento. No puedo hacerlo. No puedo soportar mentir escribiendo.

-Pero...todas las historias que tú escribes son falsas. Una mentira.

-No es lo mismo. Yo miento para decir la verdad. Mi verdad. No puedo engañar deliberadamente. No vendo mi pluma.

Casi había podido escuchar su sobresaliente estrellarse contra el suelo y estallar en fragmentos. No le importaba. No vendía su pluma. Se agarró la cabeza y desterró todas las palabras impregnadas en su cerebro. Miró el cuaderno en blanco.

-Necesito que me entregues un relato corto

-¿Cúal es el premio?

-¿No te basta el reconocimiento?

-Ya sé que soy el mejor escritor entre estas rejas. No necesito que me lo repitaís. ¿Cúal es el premio?

-65 euros. Dos caras.

-Tendrás tu relato corto

-Quiero un relato ganador

-Lo tendrás

El boli garabateó algunos sin sentidos por la hoja. La arrancó con furia y la arrojó a la basura. Eso no funcionaba así. Él no funcionaba así. Suspiró y arrojó el boligrafo.

-Necesito un relato corto.

"Y yo". Pensó. "Y yo..."
Y cerró el cuaderno.

Llevo tanto tiempo pensando en cómo decir "Adiós" que creo que diré "Hasta luego"

2 comentarios: