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13 feb 2010
Let's play
Cristina y yo solíamos jugar a un juego en las fiestas. Lo llamábamos "Atar la perdiz". Siempre funcionaba. El juego era sencillo. Escogíamos dos víctimas. Pongamos el hipotético caso del señor "X" y la señora "Y". Bueno, mejor aún. Os lo explicaré con un caso real. Juan y Mercedes. Era una fiesta en el bajo del Rojo. Cristina y yo decidimos jugar. Fue bastante sencillo, como siempre. Yo me acerqué a Juan y le dije:
-¿Qué te parece Mercedes?
-Está bien-dijo Juan bebiendo de su cubata
-¿Te liarías con ella?-le pregunté dandole un codazo
-¿Porqué no?-contestó Juan sin mucho interés- ¿Es que te han dicho algo?
-Juan, no hay que ser un genio para adivinarlo-le dije sonriendo-¿No te has fijado en como te mira?
-¿Enserio?-dijo Juan demostrando interés-No, no me había fijado...
-Está bien para una noche-le dije
-Sí, lo está-dijo él-Pero solo para pasar el rato, ya sabes
-Pues ya sabes-le dije dandole una palmada en la espalda
Y le guiñé un ojo y me fui a buscar a Cristina. Cristina me contó su conversación con Mercedes, prácticamente igual que la mía con Juan. Solo tuvimos que apartarnos a un rincón y ver como se desarrollaban los acontecimientos. El acercamiento, el baile, el beso...todo en cuestión de cinco minutos. Que fácil de influenciar es la gente. Cristina y yo nos miramos riendo un rato. Y lo sentimos. Bajamos la vista y dije:
-Bueno, voy a por otro cubata
-Y yo a buscar a Marta
Y me fui pensando en si era un gilipollas o un gilipollas integral.
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Mejor perder sólo que ganar por los demás.
ResponderEliminarEste texto es cien por cien tú. Todo el estilazo Virus.
:)