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7 mar 2012

Claudia


Se llamaba Claudia. O al menos así le dijo que se llamaba. Al principio todo había sido de lo más normal, la cosa iba sobre ruedas. Bastante bajo control. Ella le abofeteó un par de veces y él la llamaba puta una y otra vez mientras ella gemía que le dijese más guarradas. Quizás se fue un poco de las manos con los azotes, tenía las nalgas llenas de cardenales; aunque lo cierto es que a él la sangre le recorría la espalda fruto de los arañazos. Se habían pasado de la raya. Paseó de un lado a otro de la habitación, fumando un cigarrillo. Se sentó al borde de la cama y la miró. Parecía dormida plácidamente excepto por las marcas en su cuello. Las marcas de sus manos. En el momento del orgasmo se había dejado llevar. Apretó demasiado fuerte su suave garganta. Y ahora estaba muerta, y él, completamente desnudo en una habitación de hotel, con un condón lleno colgando de su ahora pequeño y flácido pene.

1 comentario:

  1. el éxtasis en su estado más puro. Demente, pero me gusta :)

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