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16 ene 2011
Just can't get enough
(...)
-A mí me da pena-dijo llenándome la almohada de ceniza de cigarrillo. No se disculpó. Solo la sopló lejos.
-¿Pena?-pregunté mientras me encogía desnudo y helado bajo las sábanas
-Sí
-¿Porqué?-le dije mientras cogía un mechón de su pelo y lo agarraba entre el labio superior y la nariz.
-Porque es demasiado bueno como para no fracasar estrepitosamente en todo lo que se proponga-dijo mientras hacía círculos con el dedo índice en mi pecho
Me reí. Tenía razón.
-Me gustas-le dije- Y tus codos aún más
Y le mordí uno. Ella me llamó imbécil por vigésimo tercera vez en tres días.
-No-le dije agarrándole los mofletes- Me gustas porque puedo decírtelo a la cara. Sin pensar si es pronto o ninguna mierda. Contigo siempre me he sentido así. Seguro.
-Mientes-dijo ella- Solo dices que te gusto porque sabes que eso nos agrada a las mujeres
-No, a todas no-dije quitandole el cigarrillo- He conocido gente muy rara.
-Tu siempre conoces gente rara. Eso es porque eres raro-dijo besándome un párpado- ¿En qué quedamos? ¿Lo has dejado o no?
-He dejado de ser un adicto-dije mientras echaba el humo al techo. Y viendo su mirada añadí-Sí, que te voy a sablear
Ella me mordió el cuello y se me puso encima desafiante como una luchadora de Vale Tudo. Arrojé el cigarro y le dije:
-Además. ¿Para qué te iba a mentir? Ya te tengo en mi cama.
Y pensé que era tan increíble que tenía que aprovecharlo por si en algún momento despertaba sin más. Así que me abalancé sobre ella.
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En realidad... me gusta tu perspectiva del amor así, dura, directa, salvaje, hiriente.
ResponderEliminarMe recuerdas a Báilame el agua cuando escribes así :)
Qué extraña ternura en esta entrada!. Me ha encantado :)
ResponderEliminar-Además. ¿Para qué te iba a mentir? Ya te tengo en mi cama.
GRANDE eso jajajaja
Ella me llamó imbécil por vigésimo tercera vez en tres días.
ResponderEliminarUltimamente me parece genial y me encanta todo lo que escribes!!
carpe diem, o eso dicen.
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