UA-67049947-1

4 ene 2011

Murcia: Tropical Zombies Place


Bajo las suelas de sus botas de trekking cubiertas de sangre reseca crujían los restos de lo que antiguamente habían sido botellas de vino bastante caras. Ahora no valían nada, como el resto de cosas que quedaban en la ciudad. Rafa suspiró y se cambió la barra de acero de mano. Algo le había impulsado a entrar en las bodegas, solía ir con su padre cuando era pequeño. Ahora allí solo quedaban escombros y el característico olor a muerte del que no podía librarse fuese a donde fuese. La “Casa Rambla” había sido anteriormente un negocio de éxito. Ahora el dueño yacía en el suelo muerto, con una herida en la cabeza provocada por un golpe fuerte y seco con una barra de acero de al menos cinco centímetros de grosor y unos ochenta de largo. El golpe se lo había propinado Rafa cuando el dueño intentó abalanzarse sobre él para devorarlo vivo. Rafa había adivinado con una lógica brutal, fría y calculadora que el dueño había sido infectado cuando con un grito grutal se arrastró por encima del mostrador y con una mano en la que solo quedaban dos dedos intentó agarrarle la camisa. También había otro tipo de detalles, tales como que el dueño tenía el peroné derecho parcialmente al aire porque donde debería haber estado su gemelo solo quedaban jirones sanguinolentos de músculo. Bueno, eso y que Rafa llevaba cuatro días sin ver a ningún otro superviviente. Rafa había visto bastantes películas sobre zombies, pero no importaba, nada en el mundo le hubiese preparado lo suficientemente bien para lo que estaba viviendo. Ni el virus T, ni comida contaminada ni pollas. Nadie sabía lo que pasaba. El virus se contaminaba mediante la saliva y la sangre y según lo que Rafa había observado sus efectos eran bastante parecidos a los que todos conocían. En primera instancia el virus, al entrar en contacto con la sangre del infectado y mediante alguna especie de neurotoxinas, lo paraliza. Después de unos diez minutos se produce un fallo respiratorio y renal y por último cardíaco. El individuo está clínicamente muerto. Pero entonces, los muy hijos de puta, tras unos treinta minutos en este estado, se levantan con asombrosa rapidez y fuerza y se dedican a atacar a todo bicho viviente con una fuerza que jamás conocieron en vida. Aunque Rafa tenía veinte y un años y había sido toda su vida de letras así que tampoco se fiaba demasiado de sus consideraciones. Las reglas del juego eran bastante simples: Mata o muere. Lo que todas las películas no contaban era lo sumamente difícil que era mantener la cordura. Miles de preguntas le invadían la cabeza sin que pudiese remediarlo, por más que lo intentase con todas sus fuerzas. Había una a la que había cogido especial odio y temor, que le asaltaba sin permiso justo en el momento antes de dormir. “¿Para qué sobrevivir?” ¿Quedaba algo en el mundo por lo que vivir? Al menos hasta la fecha su instinto de supervivencia seguía latente y quería creer que sí. Había conseguido seguir vivo una semana. Salió a la calle y corrió con los objetivos claros. Procuró no mirar hacia los lados, a los cientos de zombies que gritaban en las calles pidiendo algo que poder llevarse a la boca. Algo gomoso. Algo como él. Desenfundó el 9 mm que había arrebatado a un policía muerto y entró al bar. Echó un vistazo rápido mientras ponía el pestillo a la puerta. Solo el pestillo de momento. Terminó de examinar al bar. Ni rastro de zombies ni ningún lugar por el que pudiesen entrar. Listo. Rafa cerró la persiana. Abrió la mochila que llevaba a la espalda y sacó un tupper que había llenado con el jamón más caro de El Corte Inglés de Gran Vía. Se echó mano al bolsillo del pecho de la camisa, y lo encontró vacío. Agarró uno de los taburetes que yacía en el suelo cubierto de polvo y sangre y lo destrozó contra la máquina de tabaco. Agarró unos cuantos paquetes de Fortuna y se los metió a la mochila. Encendió uno y paseó por el bar. No pudo menos que reírse con una risita irónica de lo poco que había durado la ley anti tabaco.

Feliz año

4 comentarios:

  1. jajajajaja que final más bueno. Me ha gustado mucho que lo hayas centrado el espacio aquí, se me hace mucho más cercano.
    Un sí por Virus ;)

    ResponderEliminar
  2. He desconectado y dejado llevar por el gore y la blanquizca y fuerte expresividad de "Murcia: Tropical Zombies Place".

    El final está exagerao, pero lo de haberlo centrado aquí es porque en el fondo es un puto friki y lo sabe.

    Feliz año poeta!

    ResponderEliminar
  3. Vaya un finalazo xD
    Que sepas que hoy ha salido un tío haciendo lo mismo en las noticias, pero ni luchaba contra zombies ni tenía 20 años. Era manolo de Villa Alcurnia que se caga en el gobierno.

    Feliz año!

    ResponderEliminar
  4. Feliz sangriento y drogadicto año, Fafoso!!

    :)

    PD. Buena señal sería dejarte un comentario similar dentro de 360 días ;).

    ResponderEliminar