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1 nov 2009

Apathy



Hay una historia de la Biblia que siempre me ha parecido emotiva y bonita. Un discipulo de Jesus le decía, que cuando caminaba por la playa que era su vida, siempre veía las huellas de Jesus a su lado, que caminaba junto a él. Pero que en momentos difíciles, cuando miraba a la arena, solo veía las huellas de un par de pies, y le acusaba de haberlo dejado solo cuando más lo necesitaba. Jesus le respondía:

-Hermano mío, en esos momentos, las huellas que veias eran las mías, que te llevaba en brazos.

Siempre me gustó. Supongo que me gustaría aún más si no fuese ateo. No soy ateo por convicción. Soy ateo porque no me queda otro remedio. Soy ateo porque a pesar de mis esfuerzos no puedo creer en Dios. Nadie me lleva en brazos. No soy un ateo convencido que trata de que los demás tampoco crean en Dios. La gente es feliz creyendo en Dios. Encuentra consuelo en ello. Yo no puedo. Nunca encontré consuelo en la Biblia. Nunca encontré consuelo en nada. Ni en el alcohol. Ni en la droga. Ni en las mujeres. He llorado entre las piernas de una prostituta. No creo en nada con certeza. Creí seguir el "Carpe Diem", pero al final me aburrí de vivir la vida y preferí verla pasar. Creí ser nihilista, pero tampoco lo fuí del todo. No se en que creo. Puede que en nada. ¿Y sabeis lo peor de todo? Que me da igual. La apatía se ha echado sobre mí, me ha rodeado. Si Dios nos trae a todos a la tierra con un objetivo claro se le olvidó apuntarme el mio en una nota. Siempre estoy solo. Y siempre estoy rodeado de gente. Me siento en el bar, a hablar con mis mejores amigos de sus problemas, o de los mios. O de cualquier cosa. Me siento en cualquier mesa con ellos. Pero no estoy allí. Estoy a cientos de kilometros de todo. Soy un extranjero vaya a donde vaya. Porque este no es mi mundo. He nacido en una época o lugar equivocados. Pero hasta eso me la trae floja. Ahora solo me dejo llevar, con los ojos cerrados y los brazos extendidos. Me dejo arrastrar por lo que yo creo que es el ka. En otros tiempos era fuerte, y me rebelaba contra todo. Ahora ya no. Si pierdo algo, volverá a mí. Y si no lo hace, es que al final no era tan importante despues de todo...

" Hoy
conocí a un genio en el tren
como de seis años de edad;
se sentó a mi lado y,
mientras el tren
corría por la costa,
llegamos al océano.
el niño me miró y me dijo:
el mar no es nada bonito.

fue la primera vez
que me di cuenta
de ello. "


"Conocí a un genio"-Charles bukowski

Cuando el espirítu se desvanece, aparece la forma

3 comentarios:

  1. Qué ganas tenía de poner esa foto en una entrada :)

    Te sigo leyendo, aunque no lo manifieste...

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  2. A tus pies.
    Una vez más.
    Expreso un más gustoso sabor de boca, ya que he tragado y va camino del corazón.

    No se ha quedado sólo en los labios.

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