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8 oct 2009

Black Angel



Estaba claro que estaba maldito por Dios, o bendecido por Satanás, alguien o algo guiaba sus paso hacia el abismo, pasos tímidos al principio, casi a carrera ahora. Alguien alimentaba sus fuegos internos, sus vicios, su tentación, su deshonra. Todos los días se levantaba, y al mirarse al espejo se veía cubierto de sangre y con cara de extasis, al principio los remordimientos eran una lacra, una infección, un parásito que le mordía con fuerza en la nuca. Ahora se habían evaporado, su mascarada para consigo mismo había llegado a su fin. Ahora se veía como lo que era, un monstruo. Un asesino. Como decía la canción Solo sé que tengo hambre y cazaré. Y además ¿quién decidía quén merecía morir y quién no? Nadie podía hacerlo. Era jugar a ser Dios. La justicia jugaba a ser Dios. Él no era tan falso para con su espíritu. No. Él no era un Dios. Solo un perturbado que alcanzaba la plenitud matando. Con cada nueva vida que arrebataba se sentía más completo, más lleno. Porque no solo segaba vidas. Al sentir la sangre fluir entre las falanges de sus dedos, al oír el grito final, cuando se asomaba a los ojos de sus victimas veía sus vidas, veía como comprendían que era el fin para ellos. Y sin motivo aparente. Sin un motivo que ellos pudiesen comprender. En esos momentos robaba trozos pequeños de sus almas y los llevaba consigo, como parches que pudieran reparar la suya propia. Ahora que se sentía completo al fín debía dar el siguiente paso. Lucas agarró el cuchillo, su fiel cuchillo y cogió las tarjetas de visita de encima de su escritorio. Lucas iba a evolucionar. Ya no era un hombre, desprovisto de su corazón se iba a autoproclamar como un ángel negro.

Soy cazador y no persigo más que lo que huye de mí...

1 comentario:

  1. He visto REC 2.
    Y Creo que esa peli está llena de ángeles negros, pero al menos te echas unas risas :D

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