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24 oct 2009
Salomé
Se sentó a su lado, entre todos los lados en los que podía haberse sentado escogió el suyo.
-¿Porque bebes?-fue su presentación. Aunque tampoco la necesitaban.
-Para olvidar que bebo-dijo él. Tan bohemio como siempre
-No, enserio-dijo ella-¿Porque bebes TANTO?
-Porque todo es una puta mierda
-¿Todo?
-Eso he dicho
-¿Y beber hace que deje de serlo?
-Para nada-dijo él riendo-Ojalá. Beber hace que no me importe.
-Me han dicho que pensabas tirarme esta noche-dijo ella sonriendo
-Pues sí. En plan kamikaze
-¿Kamikaze?
-Así es. Como si la vida me fuese en ello-dijo él-En plan suicida. O todo o nada. Ya sabes, kamikaze
-¿Y porqué no lo has hecho aún?-preguntó ella-He sido yo la que se ha acercado primero
-Porque estaba bebiendo
-No pareces un kamikaze entonces
-Lo soy. Y pienso arder como buen kamikaze-dijo él levantando la vista del vaso por primera vez para mirarla-Contigo o sin tí. Arderé.
-¿Y cómo arderas entonces?
-Con otra-dijo
-¿Sabes que eso no es lo que a las chicas les gusta oir?
-Los seres humanos somos tan inexpicables...¿verdad?
-¿Cómo?
-Sí-dijo él mirando hacia la nada-Todos sabemos ciertas cosas, en el fondo las sabemos, pero preferimos que no nos las digan. Para sentirnos mejor.
-¿Qué haces?
-Beber
-No. Me refiero en tu vida
-Beber mientras espero
-¿Qué es lo que esperas?
-A ella
-¿Quién es ella?
-Mi Salomé. Mi reina de Saba. Mi Rebecca. Mi Lilith. Mi Venus. Mi amada.
-¿Tantos nombres tiene?
-No lo sé. Aún no la conozco. La estoy esperando-dijo él por toda respuesta
-Quizás soy yo-dijo ella
-Lo dudo
-Yo también-dijo ella riendo-Yo también espero a mi hombre. A mi Ulises. A mi Drácula. A mi Adán.
-Mi vaso se ha acabado-dijo él arrojandolo al suelo-¿Abrimos boca mientras esperamos?
Y se besaron como si les importara. Por amenizar la espera.
-¿Podrías escribir en paz?
-Muñeca, nadie que escriba algo que merezca la pena puede escribir en paz
Mientras pueda respirar aquí te espero
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