UA-67049947-1

22 nov 2010

Recortes de tijera



Ya están tocando los cojones otra vez con el perenne tema de la religión. Todos esos putos pseudo-intelectuales que se consideran más listos que nadie por decir “que si Dios existe porqué deja morir a los niños”. Es mucho más complicado que eso. Ósea, si yo fuese Dios también me sudaría la polla. No es Dios quién deja morir a la gente en África ni quién construye bombas de hidrógeno. Somos nosotros. Me hace gracia ver a todos esos progres cayendo en la misma mierda que critican. No todos los musulmanes pegan a sus mujeres ni todo el que pega a su mujer es musulmán. No todos los curas violan niños ni todo el que viola niños es cura. A veces creo que a la gente le han cambiado el cerebro por mierda cuando sueltan todo aquello de que la religión es el peor invento del hombre. El peor invento del hombre es él mismo. Odio a los ateos, o a la mayoría de ellos, sobre todo porque son los que más hablan de Dios. Se sientan a beber cerveza en los bares y empiezan a rayar a la gente que sí cree, dándole motivos para no creer. Joder, déjalos ser felices. En serio, a mí me gustaría creer en Dios, lo que pasa es que no soy gilipollas y tengo un par de ojos en la cara. Pero si pudiese, creería, joder así al menos todo tendría sentido. Llevo una pena, pero no una pena honda, es una pena que va y viene a su antojo. Y no logro focalizar el porqué. Simplemente la llevo. Hay una frase de Santiuve que se me viene una y otra vez a la cabeza. “Que ya no sé ni tan siquiera a quién cojones escribo”. Me pasa igual. Hablo mucho sobre amor y sobre echar de menos pero no sé en quién pienso para escribir. Creo que ya no pienso en nadie. Simplemente echo de menos echar de menos. Me veo muy solo y a la vez rodeado de gente. Demasiado, tanto que a veces me agobia. Mi vida apenas ha cambiado en el transcurso de un año. Sí, ahora quizás soy más buena persona, o lo que es lo mismo, me he quitado un poco más la careta de mala persona. Ya no sé si las personas me dan asco, pena o envidia. Ya no me escandalizo ante la incultura y la falta de criterio propio. Ya casi no me escandalizo por nada. Yo, que antes era un rebelde nato. No sé. Me falta algo, no sé qué es pero me falta algo. Los días pasan. Sin más, no son arduos y duros pero aún así todas las noches acabo fumándome un porro antes de dormir. Y ya no tiene nada que ver con el insomnio. O muy poco. Ahora mismo tengo el de hoy entre los dedos y mirando ansioso la ventana. Y siento este orgullo, este orgullo maldito agarrarme muy fuerte el pecho y a mi mente susurrarme una y otra vez que fui un completo gilipollas y que mira a donde me ha llevado el orgullo, cuantas mujeres he perdido por él y cuantas veces he dejado que me rompan y me he roto el corazón. Que debí correr tras ella, agarrarla del brazo y decirle que no, que jamás, que eso no iba a acabar así ni allí. Que debí aguantar y dejar de fingir que no me importaba. Que no debí echarla. Mil cosas. Y ahora ya me he fumado el porro y me voy a leer hasta tener sueño y acostarme jurándome que mañana sí, que mañana le hablo a esa morena. Como tantas otras veces.

4 comentarios:

  1. A veces me pregunto si detrás de tanto desgarro hay un algo, un algo pequeñito que te haga sentir cosas bonitas. A veces me pregunto si quieres, o si te dejas querer.

    ResponderEliminar
  2. Menudo lavado de cara que le has dado al blog, y menuda fomra de inagurar el nuevo diseño del blog. Se sale esta actualización tío. Me encanta, de verdad. TODO.

    ResponderEliminar
  3. Hay gente que me pregunta...¿Por qué escribes? Nunca contesto, pero si dijera algo algún día sería que lo hago porque a través de ella se puede hacer bonita la mayor mierda que te ronda la cabeza y no te deja dormir. Buen vacío :D

    ResponderEliminar