UA-67049947-1

16 nov 2010

Went to a party...


Estoy sentado en el sofá y me estoy liando el quinto petardo de la noche. La fiesta está bien, ósea, no está mal. Pero por lo que a mí respecta la fiesta podría ser la hostia o tela de aburrida, no me iba a dar cuenta. Si algo tienen los porros es que me dejan en un estado de neutralidad. Nada está demasiado bien, nada está demasiado mal. Es una ventaja y un inconveniente a su vez. El maldito filtro se está resistiendo a encajar y pienso en que debería quitarme las lentillas y ponerme las gafas, de todas formas no estoy hablando con ninguna chica guapa (de hecho no estoy hablando con nadie) y las lentillas son fatales para fumar porros, es por eso de que se te secan las mucosas o algo así, por eso se te entrecierran y se te ponen rojos. Bueno, consigo darle el pellizco y mientras chupo la pega se sienta cerca esta tía que conozco. Me dice que escribo muy bien y pienso “mierda”. Es decir, a lo mejor ella baila muy bien pero yo no voy a ir a decírselo sin más a no ser que quiera dar pie a conversación porque ella me gusta o considero que lo podría hacer. Y eso ahora mismo…no sé, lo he comentado con muchos amigos muchas veces y parece ser que soy un caso casi excepcional pero a mí el THC me mata la libido. Bueno, no es eso exactamente, es decir, le he echado un ojo a sus tetas antes y me las llevaría a la boca ahora mismo sin pensarlo, pero el hecho del trabajo anterior que supone llegar a ese punto me parece impensable. En el hipotético caso de una victoria redonda en tiempo récord significa al menos media hora de conversación, veo muy improbable el que sea menos incluso de una hora. Y eso si pasase esta noche, para lo cual tendría que dar una muestra de ingenio y encanto que no estoy preparado para dar ahora mismo. No sé a vosotros pero a mí los petas me sacan el lado más apático y antisocial. En estos momentos de “lucidez porrera” que en realidad quiere decir “desvaríos de fumado” me doy cuenta de que la gente habla demasiado, a destiempo y sin razón alguna. Nos pasamos la vida hablando entre nosotros y ni siquiera llegamos a conocernos. Solo es charla insulsa y barata. Yo, cuando estoy fumado, no hablo a no ser que tenga algo que decir. Y no se me suelen ocurrir demasiadas cosas. Y yo estoy aquí fumándole al peta como si nada y respondiendo a duras penas a alguna pregunta que ella me hace. No le doy bola. Paso de ella exagerado. Pero ella no se va. No se va y cojones se tiene que dar cuenta. Y total que me fumo el petardo y sigo rayado porque no entiendo porqué no se va. Hasta que me doy cuenta de que no para de hablar de mí, de mí y como el que no quiere la cosa, de mi blog, o de mi libro, o de nosequé entrada de tuenti… Y me doy cuenta de que joder, ya sé porqué no se va. Y porque se ríe demasiado y me roza sin venir a cuento. Es mi primera groupie. Sonrío, henchido de orgullo y satisfacción y sigo haciéndome el duro y el pasota. Pero tampoco es demasiado bueno. Ahora mismo nada lo es. Simplemente está bien.

¿Y qué hacer cuando ni el verso alivia?

2 comentarios:

  1. Yo soy groupi y nunca te he babeado mientras te fumas un peta... ¬¬

    PD. Me gusta el ritmo frenético que está tomando tu actividad bloggera :)

    ResponderEliminar
  2. Te vas a enterar en breves de lo que sucede si no alivia el verso

    ResponderEliminar