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8 sept 2009

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-Menuda masacre-dijo al verme el cuello

Yo solo sonreí. Desafiante. Ella intentó sonreír de forma sincera. Pero la sonrisa se le torció a mitad, convirtiendose en un intento amargo de sonrisa. Y sus ojos despedían fuego. Fuego mojado. Porque las lágrimas habían empezado a acumularse en ellos. Intentó irse. Pero yo ya había tenido todas las señales que necesitaba. Y algo nubló mi cabeza. Siendo sincero pensé en Juan. Y decidí ser como él por una vez. Ser impulsivo, como el protagonista de una pelicula. Elegí dirigir mi propia vida. Agarré su brazo y le dí la vuelta, la puse mirando hacia mí, muy cerca. Las lágrimas caían de sus ojos. Y solo me deje llevar.

-Dilo-le dije sin pensar

-¿Que diga que?-dijo ella socarrona

Le agarré por los hombros y la empujé contra la pared. La miré a los ojos fijamente, sonriendo, y me acerqué más. Casi estabamos nariz con nariz.

-Dilo-le repetí

-Te quiero-dijo ella

Y la besé. Cerré los ojos y la besé como si tuviesemos el tiempo contado. Y el timbre resonó en el pasillo. Recordandome que así era. Pero no me importó. Yo solo seguía besandola. Como si sus labios fuesen un hilo que al cortarse acabaría con la poca cordura que me quedaba. Como si mi vida fuesen sus besos. Y el timbre seguía sonando. A mi me sonó como la sirena de alarma nuclear. Como si las bombas nos sobrevolasen y estuviesemos a punto de morir. Si moría quería ser entre sus brazos. Quería que la fisión estallase mientras estuviesemos juntos, y fundirnos en un solo cuerpo. Un mismo fuego, una misma ceniza. El timbre sonaba, y yo creí que eran las trompetas de los caballeros del apocalipsis. Que el mundo se acababa. Mi mundo se acababa. Y acabaría con ella. Y entonces Cristina separó sus labios de los míos y pronunció las palabras mágicas.

-Deberiamos irnos

Cuando me iba el demonio gorgoteó algo en su agonia

-La oscuridad vencerá sobre la luz por mucho que luches, Único

Al oir la frase recordé que el primer demonio que conocí había dicho algo parecido. Y tenía razón. Al menos en mi alma la oscuridad había absorbido a la luz. Pero había algo en lo que se equivocaba. Me volví y caminé hacia él. Le sonreí.

-Eso es cierto-dije-Pero hay algo que no os ha quedado claro aún parece ser. Esto no es tan sencillo. No es una lucha del bien contra el mal. Las tinieblas contra la esperanza. No, claro que no. No os la lucha de los lados opuestos de la balanza.

Levanté a Virg y apunté a su frente. El se estremeció levemente, consciente de su destino, resignado.

-Yo no soy luz-dije

Y en cuanto mi pistola saltó levemente en mi mano, su cara saltó por completo en los aires.

3 comentarios:

  1. Aplauso Aplauso.
    Ya te dije anoche que me encantó ;)

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  2. Bassssssssssssss

    Lo mismo puedes contar el más dulce de los besos que la mas despiadada de las muertes.

    bass

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  3. No tienes ni idea, pero como si la tuvieses.
    No lo entiendo.
    Soy yo o tus textos me calcan?

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