UA-67049947-1

1 sept 2009

Y más allá....la nada (1)



Y al fín, sudoroso y mugriento llegué al borde del abismo, escupí ceniza en el suelo y formó un remolino que se alejó danzando lejos de mí. Lejos del borde del abismo. En mi pecho había una luz, que brillaba con fuerza. Se llamaba esperanza. Anhelante recorrí los últimos pasos, y me asomé más allá del borde del abismo, dispuesto a mirar. Esperanza se apagó y todo quedo a oscuras. Porque más allá de los vanos deseos y esperanzas humanas yo ya sabía que había tras el borde del abismo. Y estoy seguro de que todos vosotros lo sabeís. Tambaleante caí al suelo de rodillas y me apoyé con las manos en la profunda yesca que se hundía entre las palmas de mis manos. En unos instantes, tras los breves sollozos iniciales comenzó el llanto. Las gotas perladas resbalaban por mis mejillas y caían al suelo arenoso, donde se disolvían y desaparecían entre los vestigios del jamás y el siempre. Entre el todo y la nada. En el lugar donde estaba. Donde el tiempo si que existía. Pero no importaba. Transcurría sin que nadie se percatara. Lloré como un niño...porque en el fondo del abismo amigos, ya sabeís lo que había. Sí, pensadlo antes de seguir leyendo. ¿Qué había más alla del umbral? La respuesta es obvia. Nada. No había nada de nada. Un ser humano no es más que otro material orgánico con vida que se apaga. Y cuando esta se apaga. Se apaga. Y más allá queridos amigos, no hay nada.


Sentí como este tenebroso planeta giraba bajo mis pies, y supe cuál es ese secreto que solo los gatos conocen, ese que les hace gritar como bebés en la noche. Miré al cielo a través del intenso humo lleno de grasa humana y vi que Dios no se encontraba ahí. Vi esa oscuridad fría y vacía que se extiende hasta el infinito, vi que estamos solos. Vivimos nuestras vidas, puesto que no tenemos nada mejor que hacer. Más adelante, ya les buscaremos un sentido. Venimos de la nada; Tenemos hijos, que se encuentran atados a este infierno al igual que nosotros, y volvemos a la nada. No hay nada más. La existencia es algo fortuito. No hay ningún patrón salvo el que imaginamos cuando nos quedamos mirando fijamente durante mucho tiempo. No tiene ningún sentido, salvo el que decidimos imponer. Este mundo que vaga a la deriva no esta moldeado por vagas fuerzas metafísicas. No es dios quien mata a los niños. Ni es el destino el que los despedaza, ni es la casualidad la que se los da de comer a los perros. Somos nosotros. Solo nosotros. Las calles hedían a fuego. El vacío respiraba con fuerza en mi corazón, convirtiendo sus ilusiones en hielo, haciéndolas añicos. Entonces renací, libre de garabatear mi propio diseño sobre el lienzo en blanco, en cuestiones morales, que es este mundo. Era Rorschach

Nota informativa: Gracias a una enajenación mental que espero no sea pasajera, mi compañero de blog ha vuelto a la actividad, ante lo cual si quereís saber de quien es qué texto solo teneís que buscar abajo, donde dice, Publicado por: X

Pd: Cursiva extraida de Watchmen (Alan Moore)
Pd2: El final alternativo verá la luz pronto

2 comentarios:

  1. Joder, quiero leer Watchmen!
    O eso, o nada...

    ResponderEliminar
  2. pd3: Dejado ser llebado por la nada al avisto de tu tortura...
    --------------------------------------------
    rimas

    ResponderEliminar