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3 sept 2009

Y mas allá...el tormento (2)




Y al fín, sudoroso y mugriento llegué al borde del abismo, escupí ceniza en el suelo y formó un remolino que se alejó danzando lejos de mí. Lejos del borde del abismo. La propia ceniza escapaba lejos del abismo. En mi pecho había una luz, que brillaba con fuerza. Se llamaba esperanza. Anhelante recorrí los últimos pasos, y me asomé más allá del borde del abismo, dispuesto a mirar. Esperanza se apagó y todo quedo a oscuras. Porque más allá de los vanos deseos y esperanzas humanas yo ya sabía que había tras el borde del abismo. Y estoy seguro de que todos vosotros lo sabeís. Tambaleante caí al suelo de rodillas y me apoyé con las manos en la profunda yesca que se hundía entre las palmas de mis manos. En unos instantes, tras los breves sollozos iniciales comenzó el llanto. Las gotas perladas resbalaban por mis mejillas y caían al suelo arenoso, donde se disolvían y desaparecían entre los vestigios del jamás y el siempre. Entre el todo y la nada. En el lugar donde estaba. Donde el tiempo si que existía. Pero no importaba. Transcurría sin que nadie se percatara. Lloré como un niño...porque en el fondo del abismo amigos, ya sabeís lo que había. Sí, pensadlo antes de seguir leyendo. ¿Qué había más allá del umbral? La respuesta es obvia. La respuesta más tenebrosa y lógica a todo esto. Más allá de reacciones cientifícas que el ser humano busca anhelante y que no ha descubierto. Ni descubrirá jamás. Al fondo del abismo Satanás, Belcebú, Samael, el Angel Negro, el desterrado...al fondo del abismo, el Diablo esperaba sentado en su trono. Pensé en implorar clemencia a Dios. Pero no serviría de nada. Jamás le hablé en vida. Y ahora, cuando todo se iba a la mierda alzaba la mano buscando su ayuda. Si Dios no fuese Dios me escupiría en la cara ahora mismo. Algo me golpeó y me mandó al fondo del abismo. Caí de rodillas, sin sufrir dolor al último puesto de una larga fila. La fila se dirigía al trono. Vigilando la fila estaban los demonios. Con sus lanzas. La fila avanzaba larga y pesadamente. Se oían llantos, gritos, suplicas. Oí como se llevaban arrastrando a un hombre que gritaba:

-¡Te desterró!-gritaba-¡Te mandó aquí para que te pudrieras! ¡Para que cumplieras sus mandatos! Y tu le haces caso...¡Deberías formar un ejercito! ¡Podrías ser el señor soberano de todo!

El angel no se pronunció, solo movió la mano y unos demonios le llevaron lejos. La gente seguía llorando, la fila avanzaba, pero por cada uno que conocía su destino dos nuevos caían trás de mí. Yo avanzaba con la cabeza gacha y mirando al suelo. Resignado. Al fín llegué ante él. Levanté la cabeza y le miré. Era el ser más hermoso que jamás había visto en mi vida. Era fascinante. Emanaba fuerza, poder, seguridad. Y belleza. Una belleza que no tenía nada que ver con los estereotipos humanos. No era andrógino, simplemente no tenía sexo. Solo era el principe de las tinieblas. Consultó su lista. Exclamó un bufido, casi de admiración y me sonrió. Le sonreí. Resignado. "¿No gritas?" preguntaba su mirada. Yo solo sonreía. Hizo un gesto con la mano, y un demonio me cogió el brazo.

-Modulo 31-dijo Satanás

El demonio me miró riendo entre dientes.

-¿No has llevado una vida demasiado cristiana, eh?

-No, no demasiado...-dije. Y me encaminé hacia el tormento eterno. Resignado. Al fin y al cabo, me lo había ganado con creces

La mugre acumulada de todo el sexo que practican y de todos los asesinatos que cometen les llegará a la altura de la cintura y todas las putas y los políticos alzarán la cabeza y gritarán: "¡sálvanos!"... y yo miraré hacia abajo y susurraré "no"

Pd:Letras en cursiva extraidas de Watchmen

1 comentario:

  1. Me da igual que no lo escribieses tu. Si quieres lo copio y lo pego.



    Me debes una buena conversación, tabaco y un café. Y los intereses suben.

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